Todos vivimos experiencias que nos llevan a un aprendizaje para poder encontrar nuestra mejor versión como seres humanos, el problema es que nos quedamos en el problema, en el sufrimiento y también en el resentimiento.
Cuando pasamos por esos sentimientos nuestros colores son: verdes, rojos, azules, pero de un tono oscuro apagado, sin brillo.
Cuando vibramos con estos tonos nuestra energía baja al igual que nuestro sistema inmune, tratemos de no quedarnos mucho tiempo con esos sentimientos, ya que nos llevan a la depresión o la enfermedad. Es en ese momento donde necesitamos parar y observar el problema, pero no nos acordamos de respirar profundo, de abrazar nuestra alma, de llenarnos de luz, para estar un momento en paz.
Necesitamos cultivar la paciencia y el respeto hacia nosotros mismos por aquellas experiencias que nos tocan atravesar.
Saber que hay procesos lentos de aprendizaje donde parece que ver la luz es imposible, recuerda que solo en la oscuridad se pueden ver las estrellas.
Respetar nuestros tiempos es llenarnos de luz verde, de amor, para poder conectarnos con nuestra alma y para sanar; para entender y aceptar.
Visualiza el color verde, llénate de esa luz, visualiza que la respiras, siente su energía y vibración; este color te dará tranquilidad, sanación y amor.
Respetáte, amáte y llenáte de color verde.