La familia de Irma Ferreyra Da Rocha al fin pudo conseguir justicia este lunes, luego de que el Tribunal Penal 1 de Posadas condenara a prisión perpetua a Alejandro “Porteño” Esteche por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, seguido de muerte”, contemplados en los artículos 119 y 124 del Código Penal.
A la salida de dicho juzgado, y visiblemente emocionada por la resolución, Silvina De Melo, hija de Irma, habló con PRIMERA EDICIÓN y comentó: “siento plena felicidad por la memoria de mi mamá, contenta por la determinación que tomaron, se hizo justicia al fin después de casi 6 años de lucha“.
“No recuperamos a nuestra madre, pero al menos nos da un consuelo al corazón el saber que esa persona no va a volver a dañar a alguien más, no va a estar libre para poder dañar a otra mujer, eso me pone contenta“, continuó.
“Confié más que nada en el fiscal y en los jueces, y primeramente confié en Dios que sé que puso su obra en esto. Dios sacó a la luz todo”, añadió.
El camino no fue sencillo, y mucho menos la jornada de hoy. Y es que durante sus considerandos, el fiscal Martín Rau, representante del Ministerio Público Fiscal, realizó una presentación en pantalla donde proyectaron imágenes de la autopsia de Irma.
“Las imágenes que vi de mi madre no las voy a borrar más, verla empalada, como estaba abierta para mostrar todo lo que había pasado… nunca más se borra eso de la mente de una, pero al menos tenemos el consuelo de que se hizo justicia“, dijo.
Asimismo, pidió para que no haya “ni una Irma más“, y aseguró que “voy a seguir luchando en la calle, porque ésto no quiere decir que voy a dejar de pedir justicia por otras mujeres“
Por su parte, Mabel Ferreyra Da Rocha, hermana de la víctima, celebró la condena contra Esteche y comentó: “Hoy le puedo decir a mi hermana cuando la visite en el cementerio ‘ahora sí hermana descansa en paz’“
Lamentó todo el padecimiento por el que tuvo que pasar Irma durante sus últimos instantes de vida. “Lo más triste que me quedó a mi y a mi familia fue verla en el hospital, dañada de tal manera, donde la mataron no físicamente, en esas horas que pudo tener de vida, sino psicológicamente, la humillaron, le quitaron su dignidad“
Por ello, para Mabel “valió la pena esperar casi seis años. Se limpió la memoria de hermana“
“El caso de mi hermana no quedó impune, así que hoy por hoy por lo menos vamos a dormir más tranquilos“, cerró.