En una jornada con un clima agradable, la parroquia de San Roque de la Diócesis de Posadas concretó ayer su fiesta patronal que incluyó la particular bendición de mascotas donde participaron decenas de perros pertenecientes a familias vecinas como así también de distintos puntos de la ciudad e incluso de otras provincias, que llegaron especialmente para la ocasión.
Durante la víspera el movimiento fue permanente en la parroquia que está en el barrio Aguacate pero que alcanza a toda Villa Sarita. Hubo misas desde muy temprano y a lo largo del día, siendo precisamente la bendición de mascotas, a las 12.30 uno de los momentos más emotivos.
Por la tarde se concretó la procesión por las calles que circundan la iglesia, que para sorpresa de muchos, contó con la presencia de los simpatizantes del club Guaraní Antonio Franco, que portando banderas con los colores de esa Institución acompañaron a la figura del santo.
El sacerdote Pedro Ferrari se mostró muy feliz en su primer festejo de San Roque como párroco y dijo que “arrancamos la jornada con la tradicional bendición de los pancitos de San Roque, luego a las 10 tuvimos la misa de sanación, donde rezamos especialmente por los enfermos, teniendo en cuenta que San Roque es patrono de ellos, luego todo el programa previsto sin problemas y con mucha satisfacción”.
En cuanto al movimiento de gente que asistió remarcó que “me sorprendió y superó todas las expectativas. Fue muy lindo compartir la experiencia de cada uno de ellos y en especial saber desde dónde venían porque uno se imagina que son todos acá del barrio, pero no, hubo muchos del interior de la provincia que vinieron especialmente hoy para saludar y pedir a San Roque como así también de Corrientes. Hay personas que nos dijeron que vienen hace 34 años”.
Entre los presentes, el vecino de Villa Sarita, Miguel Ángel Araujo sostenía en brazos a un caniche de color negro, “se llama Toquinho y le decimos ‘Toco’, tiene 15 años y está cieguito, perdió la visión. Venimos a pedirle a San Roque que le permita acompañarnos unos años más y queremos que sea con salud”, le contó a este Diario.
Más allá Rocky movía el rabo y se paraba en dos patas para la foto, estaba muy contento, esperando la bendición del padre Pedro junto a su responsable, José Villalba, quien detalló que “venimos desde el barrio Malvinas y esta vez con Rocky que tiene un año y medio, es un perro muy compañero, mezcla, pero que se porta muy bien, es muy amoroso y en especial con mi nieta”.