El Museo y Centro Cultural Ucraniano de Apóstoles es ya un ícono, un punto de visita para los turistas y los mismos vecinos de la localidad. La hermana Miguelina María Feyeka fue la precursora que ideó y planificó la remodelación del edificio, los muebles y la organización finalmente de lo que es hoy el Museo.
“Todo lo que se expone como vestimentas, pesankes, utensilios, cuadros y parte de la historia que se adquirió en nuestro país, en Ucrania y en otros países donde existe la diáspora de Ucrania”, explicó.
El Museo y Centro Cultural Ucraniano se ubica sobre calle General Paz al 1.240 y es parte del predio del Colegio Cristo Rey frente a la plaza Belgrano. Desde hace 25 años mantiene vivas las tradiciones y costumbres en esta casa que se encuentra abierta a todo público por la mañana y la tarde para aprender de las costumbres ucranianas.
También se dictan cursos de costura y pesankes para mayores como así también para los más chicos.
Un poco de historia
Se inauguró el Museo y Centro Cultural Ucraniano como gesto de gratitud a los inmigrantes ucranianos y a las hermanas basilianas que también llegaron desde Ucrania hasta Apóstoles en 1939, como misioneras para la Iglesia Bizantina-Ucraniana. Como un homenaje a los inmigrantes, la inauguración fue en 1997, centenario de la llegada a Apóstoles de los primeros colonos ucranianos.
Con la apertura del Centro “deseamos hacer conocer un poco de historia y de la cultura tan rica de Ucrania en manifestaciones de vivencias religiosas y artísticas. También está abierto a proveer información y transmitir a las nuevas generaciones conocimientos como idiomas, pinturas y bordados”, indicó la hermana Miguelina a PRIMERA EDICIÓN.
También contó que “cuando llegué de Roma (de realizar sus servicios en Italia) vine a ver este lugar y estábamos en vistas del centenario de la llegada de los primeros colonos, fue entonces que Jorge Balanda me propuso realizar algo sobre nuestras tradiciones, artesanías. Entonces dije si me ayudan, vamos a hacerlo. Antes de eso había hecho exposiciones en Posadas, el gobernador (Puerta en ese momento) me dice hermana esas cosas sería muy lindo hacer una casa ucraniana, si usted nos ayuda lo haremos”.
Sobre el lugar elegido, vale contar que en un principio funcionaba como cooperativa: “Esto fue en un principio la primera Cooperativa de los Ucranianos cuando llegaron en 1897, eran tres piecitas nomás. Después cuando vinieron los padres basilianos ellos compraron el lugar en 1922 e hicieron un taller para jóvenes, luego en el año 1939 cuando llegaron nuestras hermanas (basilianas) entonces compraron la casita que fue la primera de las hermanas”, dijo la hermana Miguelina.
Las hermanas se fueron cambiando de lugar y fue el momento que surgió la idea de ocupar este espacio como museo. “Después se fueron mudando para el fondo, esto quedó como un depósito, el lugar tenía casi 100 años. En aquel entonces le pregunté a la Madre si me permitía renovar esto para hacer un museo, ella me contestó en una carta que podía hacerlo, pero no tenía fondos. Entonces recorrí por el pueblo para ver quien me podía ayudar y me fui a ver al intendente Edgardo Vera (en ese entonces) él se puso contento por un museo nuevo, se puso a disposición y ahí me puse a buscar un albañil para realizar las remodelaciones porque el lugar tenía casi 100 años”, explicó.
Y así, con la hermana Miguelina al frente, se comenzó a dar los primeros pasos para la creación de este museo. La monja contó que tras los primeros pasos de buscar apoyo cuando se fueron enterando de la idea, se acercaron muchos interesados en colaborar en esta causa que era y es conservar las tradiciones. Se acercaron empresarios como “el señor (Nene Ramón) Hreñuk, él dijo que era muy chico para un museo y entonces ayudó a remodelar para que tuviera una salida a la calle”.
Pero faltaba lo más importante: las cosas. Yo tenía muchas amigas en Estados Unidos, en Italia así que comencé a mandar cartas para ver si me podían ayudar y lo hicieron y también hicimos en ese entonces venta de empanadas y demás, todo para poder seguir adelante con la idea”, contó Miguelina.
Y así, con esfuerzo y ayuda de distintas partes, pudo armar el Museo y Centro Cultural Ucraniano, pero no fue el único que realizó. La hermana Miguelina ya tenía experiencia en este tema porque “hice un museo en Ucrania, cuando atendía al cardenal, otro en Roma. Llevé muchas cosas de Ucrania a Roma, a una casa que estaba casi destruida porque los comunistas destruyeron la biblioteca desde el 45 al 92, y pude hacerlo con la ayuda del entonces Papa Juan Pablo II, increíblemente ahora nuevamente están bombardeando ese mismo sector”, contó.
Qué se puede ver en el museo
El museo guarda parte de la historia de las hermanas basilianas en la Argentina y en el mundo, también objetos que reflejan la cultura y el arte ucraniano. Se exponen libros tallados, tejidos, cerámicas, instrumentos musicales, trajes típicos, bordados, huevos decorados “pesanke”, collares, tapices e incrustaciones de madera. “Se encuentra un cuadro fotográfico que muestra el buque de los inmigrantes a Posadas y luego la carreta en la cual llegaron a la ciudad de Apóstoles”, explicó la hermana Miguela entre otros objetos destacados.
“Se hizo el museo para mantener viva la cultura ucraniana incluso dábamos cursos de idiomas, pero queríamos que la gente supiera más de la cultura. Incluso organizamos talleres; vienen señoras a bordar, se entusiasman, se olvidan de los problemas”, dijo la monja.
También dictan talleres de pesanke, esta técnica milenaria de escritura y dibujo de símbolos en huevos que comenzó en los países eslavos como medio de enviar mensajes y fue traído a Apóstoles por los inmigrantes. Esta técnica se ha vuelto tan importante como medio de rescate de las tradiciones ancestrales, que es ya un símbolo de la ciudad, que es la Capital Provincial de la Semana Santa y el Pesanke. “A los chicos le gusta el pesanke, es una celebración para ellos”, acotó la religiosa.
“Esto es fantástico”
El embajador ucraniano Yurii Diudin dijo al visitar el Museo y Centro Cultural Ucraniano de Apóstoles: “Esto es fantástico. Es el único museo en la Argentina que conozco de este tipo, que presenta toda la diversidad de nuestra cultura, el legado cultural que tiene el pueblo ucraniano, desde la pesanke a los bordados. Está todo el alma, el corazón y el espíritu del pueblo ucraniano”.
También indicó que “no puedo dejar de alabar el trabajo de las hermanas, de la Municipalidad y de todos los que hicieron su aporte para la ampliación. Yo conocí el museo como estaba antes y estoy viendo cómo quedó ahora”.
Respecto a la posibilidad de que en el Museo y Centro Cultural Ucranio de Apóstoles se enseñe el idioma ucraniano, el diplomático expresó: “Cuando viajo al interior de la Argentina, les digo a las colectividades ucranianas que no olviden el idioma, porque no importa que en las casas se habla castellano, pero que los hijos entiendan el idioma, porque de esa manera se transmite el carácter, la cultura y la idiosincrasia del pueblo”.