Aunque muchas veces pareciera que se llaman a silencio, los escritores siempre están produciendo, porque los textos fluyen a borbotones aun en ese estado que parece de letargo. Siempre hay algo nuevo que decir, algo para mostrar, algo por compartir. Tal es el caso de la escritora posadeña Gloria Beatriz Torres, ferviente investigadora de nuestra cultura y orígenes.
En junio se realizó en Rosario, cuna de la bandera argentina, el Foro Mundial de Narradores y Poetas. “Puente de palabras del Mercosur”, y Torres estuvo allí, invitada por la mentora, fundadora y coordinadora del evento, su par rosarina Gladys López Pianesi. Se desarrolló en distintos escenarios de Santa Fe, y “fue un encuentro emocionante porque hace casi tres años que no estábamos juntos escritores del país y de otros países. Pero para este evento también escribimos. Traje el libro “Puente de Palabras XIX” en el que está mi trabajo “Silueta olvidada”, en honor a una docente de la Escuela Nº 97, de Picada Sueca, y el de todos los demás escritores que intervinieron en este 2022. Es que, tras la pandemia, los escritores de argentina mandamos trabajos cada quince días. López Pianesi reúne los escritos de todos y los manda a España”, manifestó, quien también se trajo los trofeos de este año y de años anteriores.
A Torres le resultó “muy interesante porque los escritores intercambiamos bibliografía. Llevé mi última obra sobre los cien años de la escuela de Picada Sueca e impactó muchísimo porque asistieron profesores de letras y escritores con sus nietos que son escritores desde los ocho años. También fueron alumnos de escuelas primarias a ofrecer su producción. Eso me llamó muchísimo la atención porque pronunciás la palabra escritores y, automáticamente, pensás en personas grandes, pero, afortunadamente, en algunos lugares, la realidad es otra. Por eso es que estoy muy contenta porque yo apunto a esa franja, y ahora tengo el honor de ser elegida por el IPESMITEC, para ser jurado, en agosto, de un certamen sobre cuentos para alumnos del establecimiento”.
“No es la primera vez que mis trabajos se publican en este libro. Intervine en varias oportunidades. Me interesa porque los escritores vamos creciendo, caminando, intercambiando literatura. Casi siempre escribo sobre Misiones y ellos quedan muy impresionados con la provincia”, admitió.
El libro sobre Angélica
Además, en la reciente Feria del Libro de Oberá, presentó el libro en el que relata la vida de Angélica Felisa Schnarbach, quien “dejó su vida” como docente de la Escuela Nº 97, de Picada Sueca, y fue precursora de la Fiesta Nacional de la Yerba Mate de Apóstoles. Recordó que Picada Sueca fue fundada por un grupo de suecos que venía buscando un “pique” en el monte para poder sacar su materia prima hacia el río Uruguay. Es por eso que “ellos están muy emparentados con la inmigración, con Oberá, que es la cuna en la que nacieron todas las colectividades”. Según la autora, que tuvo el “privilegio” de ser presentada por la magíster Ada Sartori de Venchiarutti, “una mujer compró un ejemplar porque su mamá era alumna de Angélica. Otra me dijo que quería un libro porque en su barrio hay una calle que lleva el nombre de la maestra. Hubo muchas preguntas de los presentes porque tocó de cerca la temática”. Señaló que en Posadas también hay una calle en honor a Angélica, emplazada en Villa Blosett. “Fue impuesto en 1955 el Concejo Deliberante, pero debido a que la pronunciación del apellido resultaba difícil para el común de la población, se la conoce como Triquiñuelas. Por derecho consuetudinario, quedó Triquiñuelas”, dijo quien se encuentra trabajando en una legislación a fin de que el 24 de agosto “sea declarado Día del Maestro Rural”.
Agregó que “mucha gente no conoce Picada Sueca a pesar que está muy cerca de Oberá. Queda bien en el centro, y se puede llegar a través de Pueblo Salto, o bien por Leandro N. Alem”.
En las clases de teatro, a las que asiste, Torres guionó, en tercera persona, la obra de Angélica. “La profesora la revisó y me dijo que pasara a primera persona. Ahora quedó como que yo soy Angélica. De esta manera, mi obra fue aprobada y se presume que la teatralización saldrá antes de fin de año. Mi última obra está caminando, la investigación está dando sus frutos”, celebró, mientras prepara su viaje a Río Tercero, Córdoba, donde asistirá a un certamen que se realizará entre el 1 y 2 de septiembre.
Silueta olvidada
Dicen que en la vida enaltecer los méritos de una persona es hacer justicia. Como no hacerlo, con docentes que son artífices del servicio a la sociedad toda, plantando semillas en silencio sin ser reconocidos. En rincones selváticos e inhóspitos de nuestro país. Me estoy refiriendo a la maestra rural Irma Esteche, de la centenaria Escuela 97 de Picada Sueca, Misiones. El destino la llevó a la institución, que desde sus inicios pasó de galpón a edificio de mampostería a mediados del siglo pasado y desde escaso tiempo aula satélite. La tristeza y el dolor no es solamente de Irma sino de toda la comunidad educativa que lucha continuamente ante los organismos intervinientes.
El apostolado de la joven y sus pequeños seis alumnos los llevan por un largo camino de fe y esperanza en la espesura de yerbales, teales y monte a la espera de una retribución justa a los fines de crecer en el conocimiento y estimular valores genuinos en pleno siglo XXI.
Irma Esteche por tu sacrificio y esfuerzo ejemplar permanente a la Patria, deseo que tus sueños den sus frutos en Picada Sueca, junto a colonos que todos los días labran la tierra con gran ilusión.
El texto mereció la Mención de Honor en narrativa adultos.