En cada feria que se realiza en diferentes puntos de la provincia, hay mujeres y hombre protagonistas de un enorme esfuerzo por llevar el producido cotidiano para ofrecer a los clientes. La historia de Mónica Elizabet Rutke (Moni, como ella misma se presenta), es una de ellas.
Nació en Santa Rita, municipio de Alba Posse y desde sus primeros días de vida se mudó a 25 de Mayo.
Es la hija mayor de tres hermanos (dos varones y una mujer) pero ha formado su propia familia: actualmente vive con su hija y su mamá.
“Moni” Rutke se suma a muchas ferias organizadas por la Secretaría de Agricultura Familiar de Misiones.
“Producimos productos de la huerta como ser chuchu, morrones, cebollitas, perejil, lechuga, rúcula, chauchas, mandioca, frutilla, mamón, naranja, durazno, pera, mandarina, pomelo, limón, mandioca y choclo entre otros”. Pero en la casa de “Moni” también elaboran mermeladas, pickles y jugos naturales.
Como en toda familia, hay colaboración para llegar a conseguir stock y variedad para los clientes. Por eso, Rutke prepara con su mamá pan cuca, tortas, tartas frutales, arrollados, cupcakes, panes salados, galletitas caseras, alfajores de maizena y budines, entre otros.
Mayormente todo lo vende en el municipio de 25 de Mayo y en la Feria Franca del mismo lugar.
Orgullosamente enfatizó que “no hay días normales en la chacra, ya que todos los días hay trabajo y siempre son tareas diferentes. Hay que mantener todo en orden y limpio”.
Pero, “Moni” destacó que “los viernes son nuestros días más pesados por así llamarlos”.
Es que la jornada se hace larga para cumplir con los clientes. “Nos levantamos a las 5 y arrancamos con el amasado. Por la tarde se sacan las frutas y verduras para llevar el sábado a venderlas en la Feria Franca de 25 de Mayo”, explicó.
“Me acuesto muy tarde por la noche, hay veces que hay pedidos y se duerme a las 3 o 4 de mañana. Para Pascuas, Día del Padre, Día de la Madre y Navidad llegamos a dormir 3 horas por noche unos 3 a 4 días seguidos porque es mucho el trabajo”, indicó.
Innovadora
De manos laboriosas y alma inquieta siempre busca innovar en su producción haciendo cosas nuevas como pizzetas de zapallo, pizzas de palta y pan dulce de zapallo.
“Moni” desde muy pequeña conoció el esfuerzo que significa vivir en la chacra: “Recuerdo que había que trabajar mucho siempre; los fines de semana eran de descanso, principalmente los domingos. Yo era la única niña de un grupo de seis niños que jugábamos a la pelota, a la carreta, andábamos en bicicleta, que nos prestábamos porque había dos únicamente; hacíamos estanques en los arroyos los días de calor para refrescarnos y, a veces, muy pocas veces, jugábamos a la casita entre todos en el galpón de mi papá”.
Abrió su corazón aún más para contar sus anhelos: “Siempre soñé con estudiar y ser profesional en algo, estoy a punto de lograrlo, me faltan rendir algunas materias de la carrera de Técnico en Gestión Ambiental y me recibo, falta muy poco”, destacó Rutke.
El trabajo arduo y constante fueron su norte. Dijo que “nunca fue fácil desde niña, pero siempre luchando y siguiendo adelante en todo lo que se puede”.
Generosa, como la conocen sus colegas con los que se encuentra cada semana, “Moni” dejó una reflexión que engloba su andar. “Hay algo que lo digo siempre: si lo soñás no importa cuánto tardes para lograrlo, siempre se puede si se quiere, nunca hay que desistir de nada”.