Cuando decidís incorporar un cachorro a la familia, una de tus responsabilidades es dedicarle tiempo a su adaptación al nuevo hogar.
Enseñarle hábitos que logren el desarrollo de un perro equilibrado es fundamental para una feliz convivencia. Requiere paciencia, dedicación y cariño de parte de todos los miembros de la familia humana.
Sin embargo, algunos de los errores más frecuentes suelen ser:
Dejar al cachorro suelto sin control dentro de la casa o el jardín. Esto deriva en aburrimiento y, en consecuencia, necesidad de destruir lo que está a su alcance.
Castigarlo a destiempo desarrolla miedo hacia vos. Debes corregir en el momento en el que está cometiendo la falta.
Dejar la comida servida en su plato todo el día. Tu cachorro tiene que aprender quién le suministra la comida. Además, debe acumular ganas de comer para no aburrirse por tenerla todo el día a su alcance.
Llevarlo suelto al salir a la calle. El cachorro tiene que estar cerca tuyo. Tu perro no debe andar suelto en lugares públicos.
Dejarlo dormir con vos. No es un hábito recomendable ya que puede traerte problemas a nivel sanitario y conductual.
Premiarlo por comportamientos inadecuados, normalmente sin darnos cuenta.
Inconsistencia en la imposición de normas y cumplimiento. Ahora “no”, después “sí” ….
La mente de tu cachorro es como un disco en blanco, es tu responsabilidad grabar en él una serie de emociones y comportamientos. Lo ideal es generar un buen canal de comunicación con tu perro.