Esta mañana se tomó conocimiento del deceso de una beba de cuatro meses en Posadas luego de atragantarse con leche. A pesar de los intentos por reanimarla, llegó sin vida al hospital Pediátrico.
Sin embargo, la realidad muestra que los atragantamientos con la leche son relativamente frecuentes y se suelen solucionar sin mucho esfuerzo, pero siempre es importante tener en cuenta estos consejos de qué hacer en casos de ahogamiento con leche, ya sea mientras maman el pecho o tomando mamadera.
Si se atraganta mucho
Si a tu bebé le sucede de manera frecuente es posible que este párrafo no te haga falta, porque ya se le habrás consultado al pediatra y quizás ya te haya dado la solución. Y es que si un bebé se atraganta muy frecuentemente se suele hacer una valoración por si hay un trastorno de la deglución, reflujo gastroesofágico, etc.
También puede suceder que sea más una cuestión externa: que la leche de la mamadera caiga demasiado rápido para que el bebé pueda gestionarla eficazmente, o bien que el reflejo de eyección de la leche materna sea tan fuerte que los primeros “chorros” salgan directos a la garganta del bebé, con fuerza, provocándole el atragantamiento.
En el primer caso, habrá que ajustar el caudal de la salida de la leche e incluso modificar el modo en que se alimenta al bebé, poniéndolo más vertical (el método Kassing es una buena opción). En el segundo, puede ayudar que la madre se extraiga un poco de leche antes de amamantar, para que cuando el niño succione no salga con tanta fuerza.
Si un día, de repente, se atraganta
Aunque te podés llevar un susto grande, porque hablamos de bebés pequeños, lo bueno de atragantarse con un líquido es que es eso, un líquido, y difícilmente taponará las vías respiratorias de manera muy peligrosa.
Lo habitual, cuando algo de líquido se va hacia la vía respiratoria es que se desencadene el reflejo de tos para ir, poco a poco, sacando la leche hacia el exterior. Pero a veces, antes de la tos, nos podemos encontrar con el menor cada vez más alterado tratando de coger aire, y entonces lo más lógico es ponerlo boca abajo enseguida para que, por gravedad, sea más fácil que el líquido vaya afuera (muchas veces se atragantan cuando regurgitan un poco de leche, si están mirando hacia arriba y no saben gestionar la leche que les sube).
Más allá de ponerlos boca abajo, no hay que hacer nada si el bebé está tosiendo, porque de ese modo ya está solucionando el episodio de atragantamiento.
Ahora bien, si poco a poco va dejando de toser y en vez de estar mejor, está peor, no solo tendremos que pedir ayuda (que alguien llame a emergencias), sino que deberemos valorar cuál es el estado de consciencia del niño.
El método Kassing
La OMS y las principales sociedades científicas pediátricas recomiendan que los bebés reciban lactancia materna exclusiva durante sus primeros seis meses de vida. Sin embargo, eso no siempre es posible. Algunos bebés necesitan recibir suplementos, es decir, tomar más leche de la que mamen directamente de su madre. En otros casos, las madres necesitan incorporarse al trabajo antes de que los bebés cumplan seis meses y alguien debe darles la leche en su ausencia.
Dee Kassing, una asesora de lactancia estadounidense, se dio cuenta de que muchos de los bebés a los que se les ofrecía mamadera acababan luego por rechazar el pecho materno. Así que decidió crear un método de dar la mamadera que fuese lo más semejante posible a mamar.
– Ponemos al bebé incorporado, lo más vertical posible, semisentado. La persona que de la mamadera puede sujetarle con una mano la cabeza. La mamadera la colocaremos en horizontal. Así, evitamos que la leche fluya más rápido por acción de la gravedad y evitamos también atragantamientos.
– Estimulamos el reflejo de búsqueda de igual manera que hacemos con el pecho. Rozamos la nariz y los labios, especialmente el labio inferior y, cuando la boca esté abierta, introducimos la tetina por completo. Elevamos ligeramente el biberón para que la tetina quede completamente llena de leche (y no trague aire). Cuando se vaya acercando el final de la toma, puede ser necesario recostar un poco al bebé para mantener la tetina llena de leche.
– Es conveniente realizar pausas durante la toma y ver si el bebé se ha saciado o quiere seguir mamando.
Por último, Dee Kassing considera que no todos los biberones son igual de apropiados.
El biberón debe ser recto, y no curvado. La base de la tetina no debe ser muy ancha pues el bebé debe introducir la tetina por completo en la boca. Cuando maman, los bebés estiran el pezón hasta que llega a la unión entre el paladar duro y el blando (muy atrás). De esta manera se “obliga” a que el bebé selle con los labios la tetina, como lo haría con el pezón y la areola.
La tetina debe ser redondeada, las llamadas fisiológicas, y no anatómicas (que están aplanadas por un lado) pues se estudió que con estas tetinas la succión es más parecida a la de los bebés que maman.
Fuente: Bebés y más.
Discussion about this post