En 2002 fue condenado a prisión por participar de un intento de asalto que acabó en un homicidio, en abril de 2010 volvió a ser hallado culpable por un atraco, esta vez en Garupá a una empresa funeraria un año y medio antes, cuando gozaba de la libertad condicional. El Tribunal Penal 1 hace doce años le unificó en 17 años las penas. Este jueves en el mismo banquillo de acusados de calle La Rioja casi Rivadavia de Posadas, volvió a ser sentenciado a prisión, esta vez a once años por abusar sexualmente de una joven bajo coacción y engaños.
Para resguardar la integridad de la víctima y denunciante, y para no entorpecer la nueva investigación por “grooming” que el Tribunal también sumó ayer para el condenado, PRIMERA EDICIÓN -único medio presente en los alegatos y sentencia-, se reserva dar detalles filiatorios o datos que permitan identificar al encartado.
El juicio que finalizó este jueves, fue con una condena por “abuso sexual con acceso carnal y coacción” a un hombre de 40 años que bajo el beneficio del régimen de libertado condicional fue reincidente por tercera vez ante la ley. En esta ocasión, para los camaristas Viviana Cukla, César Antonio Yaya y Carlos Jorge Giménez, por delitos contra la integridad sexual denunciados en 2019.
Llegó acusado de engañar con ofrecimientos a mujeres en situación de vulnerabilidad social y económica y de abusarlas sexualmente.
Ofrecía mediante comunicaciones por mensajes de texto y redes sociales, participar de una “agencia de prostitución VIP” con ingresos de dinero llamativos. El señuelo por supuesto tenía anzuelo del que la denunciante fue víctima: primero el engaño y luego el abuso sexual en una presunta revisión o casting que el sospechoso la obligó a participa si quería ingresar a la mencionada agencia.
Pero del ardid, el presunto autor pasó a la coacción de publicar las fotos que mediante mensajes de texto la víctima le envió, primero vestida y luego desnuda.
Para el fiscal del Tribunal Penal 1, Martín Alejandro Rau, “la revisión ginecológica” que el acusado se habría encargado de realizar fueron el primer paso para el acceso carnal. “Citaba a las chica para la revisarlas de manera obligatoria si querían trabajar en la agencia VIP. Las hacía enviar fotos por celular a sus víctimas en distintas poses, primero vestidas y luego totalmente desnudas”.
Rau solicitó 17 años de prisión para el encartado y remarcó que “se trata de una persona reincidente que necesita mayor tratamiento de resocialización carcelaria. Volvió, por tercera oportunidad, a tener desprecio por la ley. Además el modus operandi esta vez, refleja su peligrosidad”. Apuntó en este sentido a que los informes sobre la salud mental del acusado también sostienen su postura: “Comprende la gravedad de los actos y sometió igualmente a su víctima”.
Instó a los jueces a tener presente la perspectiva de género para analizar la sentencia: “Se notó la conducta patriarcal para engañar y abusar de sus víctimas. Indujo con engaños a trabajar como prostitutas a mujeres en clara situación de vulnerabilidad social. Se valió de la necesidad económica de gente con una oferta de ayuda de dinero que nunca llegó”.
“Los dichos de la víctima quedaron identificados en las evidencias digitales (celulares). Si las chicas aceptaban la ‘probadita’ que exigía (el acusado) como revisión, ingresaban a la agencia VIP”, resumió en su alegato el fiscal.
Solicitó que se lo investigue, además de la condena por abuso, por el delito de “grooming” o acoso sexual a través de redes sociales o aplicaciones de celulares. De acuerdo a los registros del teléfono del acusado, al menos hay una adolescente de 14 años a la que le ofreció un smartphone nuevo a cambio de sumarse a la agencia y previo el envío de las fotos desnuda.
Para la defensa, el abuso no quedó probado en el expediente y tampoco en el debate. Al respecto la propia víctima ratificó su denuncia sentándose ante las partes durante la jornada previa a la sentencia y relatando por momentos envuelta por la conmoción y la desesperación de recordar lo sufrido.
La abogada particular solicitó la inocencia en cuanto al abuso sexual, sostuvo que el acusado hasta le pagó a la víctima para tener relaciones sexuales y fueron consentidas, pero remarcó que se lo debía juzgar por el delito de coacción posterior, para que trabajara en la presunta agencia.
“Yo te prometo un celular nuevo”
El fallo condenatorio de los camaristas Viviana Cukla, César Antonio Yaya y Carlos Jorge Giménez incluyó que se corran las actuaciones y evidencias en el expediente a la Fiscalía de Instrucción de turno para que se investigue la presunta comisión del delito de “grooming” o acoso sexual a menores de edad mediante comunicaciones por Internet o soportes informáticos utilizando redes sociales.
De acuerdo a los mensajes del teléfono móvil secuestrado en 2019 a quien fue condenado ayer, habrían registros de al menos una adolescente de 14 años que habría sido contactada por este sospechoso y en el intercambio de mensajes le habría solicitado fotos desnuda y encuentros para sumarse a la agencia VIP y que para ello la ayudaría de la siguiente manera: “Yo te consigo un celular nuevo, te prometo, te lo compro con mi tarjeta de crédito”.