El Grupo Z sigue sumando continuidad de negocios, gracias al apoyo del poder político en todos sus estamentos. Esta vez consiguió, el pasado 20 de mayo, la publicación en el Boletín Oficial de la Nación la disposición 327/2022 de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, por la cual obtuvo el “alta” como “operador ferroviario habilitado como servicio de pasajeros categoría D, clase internacionales”.
El servicio, entre la pandemia y las cuestiones no explicadas oficialmente, se encuentra parado hace más de dos años, a pesar que el transporte de colectivos sí opera normalmente. Tal vez ese alta era el instrumento necesario para volver a funcionar entre Posadas y Encarnación, luego del vencimiento de la autorización “a dedo” que tuvo cuando comenzó a trasponer el puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
Negocio tras negocio
Este 2022 parece estar del lado del Grupo Z. En Posadas mantiene el 80% de las líneas de colectivos urbanos y la exclusividad del boleto electrónico con la SUBE Misionera.
A su vez, es quien explota el monopolio del transporte interurbano de pasajeros en el Área Metropolitana (Posadas, Garupá, Candelaria), con el uso de las estaciones de transferencia únicamente para sus unidades.
Todas esas actividades reportan jugosos subsidios y ganancias que le han permitido expandir en el país y en el exterior sus negocios del transporte.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN explicaron que al obtener el alta mencionado por parte de la Comisión reguladora de la actividad, un próximo paso podría ser el transporte ferroviario de cargas, un objetivo que estaría en la “agenda Z”.
A su vez, mediante la misma autorización, ahora sí podría poner en funcionamiento el servicio hasta Garupá o Apóstoles que se anunció hace dos años y del cual sólo se ve pasear la formación por las vías, sin que haya pasajeros haciendo uso.
También la mirada está puesta en la Zona Centro. El llamado a licitación del servicio de colectivos en Oberá, casi a medida Z, le abre la puerta a más oportunidades de sumar subsidios.
Lamentablemente, las mejoras no vienen siendo acordes a los voluminosos ingresos que obtiene el grupo empresario preferido del poder. Las quejas siguen desatendidas, en especial por la pésima forma en la que se viaja.