Drácula es el protagonista de la novela homónima que dio lugar a una larga lista de versiones de cine, cómics y teatro. Es el más famoso de los “vampiros humanos”.
Se dice que su creador, el irlandés Bram Stoker, fue asesorado por un erudito en temas orientales,
el húngaro Hermann (Arminius) Vámbéry, que se reunió algunas veces con el escritor para comentarle las peripecias del verdadero Drácula.
Debido a algunas novelas y versiones cinematográficas de Drácula, mucha gente piensa que Stoker basó su personaje en una figura histórica: Vlad Tepes, conocido como Vlad el Empalador, y en leyendas de vampiros que circulaban en Europa oriental. Pero en realidad Tepes vivió en el siglo XV y fue príncipe de Valaquia, que junto con Moldavia y Transilvania constituyó el Reino de Rumania.
Actualmente se sabe que Stoker se basó en la figura de la condesa húngara Erzsébet Báthory (1560-1614). Según la leyenda bebía y se bañaba en sangre, creyendo que le devolvería la juventud. Publicaba avisos en los que solicitaba doncellas para integrar su corte, a las que luego asesinaba.
Sin embargo, muchos historiadores coinciden en que esto no era más que invención de sus enemigos para justificar su ejecución y hacerse así con sus posesiones.
Una de las más que posibles grandes referencias sobre todo lo que rodea a esta novela es el relato “El extraño misterioso”. Se trata de una obra anónima alemana. En ella aparecen muchos de los que después han sido temas del mundo vampírico, tanto en la literatura como después en el cine.