Con la triste imagen de unos quince árboles podados sin reparo, que se encontraban en un bulevar en el casco urbano de la localidad, el ambientalista, Raúl “Rulo” Bregagnolo contó que se “dio inicio a la masacre de árboles” en el municipio.
Además consideró que sin importar cuánto se ha dicho, capacitado, difundido por años, “lamentablemente no entendieron nada. Qué hará falta realmente para que la Municipalidad local logre comprender el valor social y ambiental de los árboles?”, cuestionó y criticó .
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN e inmerso en el dolor de la impotencia dijo que no se resigna y le cuesta superar que sucedan estas cosas, cada año.
“Es tal la impotencia que honestamente no encuentro palabras ni se me ocurre modo alguno ahora para evitar semejante atropello. La gestión municipal no considera a los árboles y cualquier vecino hace lo que se le ocurre, no hay control y culturalmente está re metido en las mentes que ‘llega el invierno y tiemblan los árboles’” expresa, haciendo referencia a situaciones similares que se dieron en Aristóbulo del Valle, año tras año.
Pedido
Entre sus escritos de concientización y pedido de cuidados, hace un tiempo Bregagnolo escribió un texto denominado “En Aristóbulo Hárbol se escribe con ‘H’ de hacha”. En el mismo expone que para “evitar que se siga escribiendo Hárbol con ‘h’ de hacha, es necesario sensibilizarse con los árboles. Es imprescindible comprender sus beneficios y por supuesto brindar las atenciones que, cuando el mismo requiera o haya algún riesgo para las personas, casas, vehículos, sean las más adecuadas para el ejemplar”.
Agrega, “si considerásemos a cada árbol de la propiedad donde vivimos, y de la vereda, como a un miembro más de la familia, o tratásemos como a la ‘mascota’ que tanto queremos, estoy convencido que el aporte comunitario sería mucho más favorable para todos en calidad de vida física, mental y ambiental”.
El texto del ambientalista e integrante de Kaapuera continúa explicando que “arborizar veredas, paseos, plazas, avenidas y todo lugar que se pueda, es indispensable porque los vegetales son captadores de dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno. Cada hoja es una fábrica de oxígeno. Hoy, más que nunca urge hacerlo para evitar que el planeta se siga calentando. Los árboles, disminuyen la acción de los rayos solares reduciendo la temperatura, sirven de hábitat de especies animales y otros vegetales, moderan los ruidos y luces nocturnas en zonas urbanas”.
Haciendo un llamado de atención, el integrante del Grupo Ecologista Cuña Pirú, insiste que es necesario plantar en todos los espacios que se pueda, aunque respetando las normas municipales y respetando las indicaciones de especies que son “aptas para veredas y siempre se debe cuidar al hacerlo, que en el futuro no generen problemas con las cañerías sus raíces o sus copas con el tendido eléctrico. Por mencionar algunas, lapachillos, limpia tubos, lluvias de oro, crespones, pitangas”.
También aclara que es indispensable el cuidado del arbolado y para ello la “poda” termina siendo un mecanismo, pero sólo cuando la situación lo requiera. “La mejor poda es la que no se hace, dicen los manuales. En caso de ser necesaria, tenemos podas de mantenimiento, de armonización y radicular. Las mismas controlan las ramas que se cruzan, se sacan las descompuestas, se direcciona al ejemplar”, explicó.
Si bien se recomienda hacer los trabajos de podas en los meses que no tienen la letra r como mayo, junio, julio y agosto, Bregagnolo insiste que hay que hacerlo “sólo si hay necesidad de la planta”.
Desde su punto de vista, en Misiones, “más que nada en el interior, la mayoría de los árboles son víctimas de las manos y cerebros que creen que todos son ‘tarefeables’, es decir, son tratados como una planta de yerba. Grosero e irresponsable error, que con el paso de las podas, termina con la vida del ejemplar”, sentenció.
Remarcando la necesidad de generar planes de gestión de arbolado urbano en las comunidades, expuso que eso “implicará erradicar con previo análisis y responsabilidad, los ya muy maltratados árboles que terminaron siendo no aptos para veredas, generando conflictos con el tendido eléctrico o riesgos para viviendas o personas, aunque no los que no se encuentren en esa condición. Debe hacerse por supuesto el replante de especies aptas una vez hecha la extracción. Siempre son preferibles los árboles a las marquesinas”, finalizó.