La Secretaría de Salud y Desarrollo Humano de la Municipalidad de Posadas realizó un muestreo en los barrios capitalino para detectar la presencia del insecto flebótomo Lutzomyia longipalpis, transmisor de la leishmaniasis.
La enfermedad, presente mayormente en perros, puede transmitirse a humanos mediante la picadura de un mosquito infectado con el parásito leishmania. Este vector, se desarrolla en la tierra, por lo cual recuerdan que deben limpiar los patios y residuos orgánicos.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la encargada del control y seguimiento del vector, la bióloga María Lucrecia Villarquide, contó que “estamos realizando un monitoreo para la evaluación de la presencia de flebótomos, que son los que transmiten las leishmaniasis, específicamente el que trasmite la leishmaniasis visceral”. Este vector “se llama Lutzomyia longipalpis” y para este seguimiento del insecto “se hace un análisis en diferentes barrios para ver cómo está su presencia. En función de eso, se pueden hacer medidas de prevención y control”.
Por el momento, explicó que la toma de muestra se realizó “en el área de Quaranta hacia el río Paraná y en marzo estuvimos en Itaembé Guazú, porque es un barrio nuevo y con una planificación de viviendas muy grande”. De ahora en más, indicó que “estamos diagramando un muestreo para seguir con las demás delegaciones barriales. La idea es llegar a cubrir todo Posadas”.
El detectar la presencia de un flebótomo “es importante porque es un riesgo y una posibilidad de que nos contagiemos”, agregó Villarquide.
Compartió que en el monitoreo realizado “hemos encontrado la presencia del vector. En algunos lugares, hay una mayor abundancia y lo que hace es implementar medidas de prevención”. Señaló que tampoco funciona una fumigación, “porque al estar la cría del flebótomo en el domicilio, huevo, larva o pupa, en unos días tendremos nuevos bichos”.
En estudios previos, detalló que el flebótomo “está bastante distribuido en la ciudad y con focos dispersos, porque no tenemos puntos críticos”. Sin embargo, “estamos comenzando con estos nuevos monitoreos y aún no tenemos datos cerrados”.
La bióloga recordó a la población “que la leishmaniasis visceral sin tratamiento es mortal”. No obstante, “a nivel nacional tenemos un tratamiento gratuito”. Ante cualquier tipo de sospecha “es importante que concurra cuanto antes al médico para diagnóstico y tratamiento”.
María Lucrecia Villarquide aclaró que “el mejor momento para el muestreo es con el clima cálido, porque con la llegada del frío la abundancia de los flebótomos baja y encuentran en su estado inmaduro, huevo, larva o pupa”. El ciclo de desarrollo de este vector “es similar al de Aedes aegypti”, añadió. Sin embargo, precisó que “la diferencia está en que los estadios de huevo, larva y pupa, se crían en tierra. Después, el adulto es el flebótomo que podemos ver”.
Desde el punto de vista epidemiológico, la bióloga indicó que “el flebótomo nace sano y una vez que pica a un perro infectado puede infectarse. Entonces, cuando pica a una persona puede contagiarnos. De tal manera, la importancia es ver si el flebótomo esté en baja abundancia o no esté, ya que de esta forma hay menos posibilidades de que las personas podamos enfermarnos con leishmaniasis”.
En la toma de muestras, durante tres noches, “lo que hacemos es colocar unas trampas de luz, que tiene una lucecita que atrae a todos los bichos. También tiene un ventilador, con un recipiente donde de colectan las muestras”. Luego de esto, “se hace una determinación de especie, para ver si está el Lutzomyia longipalpis”, contó la encargada.
Para un seguimiento a los vectores, comentó que “lo que buscamos son lugares con animales, porque el flebótomo hembra, cuando necesita poner sus huevos, se alimenta de sangre, por lo tanto, es más probable encontrarlos”.
Por otra parte, recomendó que, como el insecto se desarrolla en tierra, deben limpiarse los sitios donde hay materia orgánica en descomposición, como las hojas, frutas de los patios y limpiar gallineros o chiqueros cada 15 días.