La Justicia de Instrucción Penal de esta provincia decidió imponer la prisión preventiva al hombre de 51 años que fue denunciado por abuso sexual por parte de ocho de sus sobrinas, señalaron fuentes del caso. La medida fue firmada por el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, quien en su resolución calificó la causa como “abuso sexual varios hechos”, agregó un vocero.
El caso, que se conoció a través de PRIMERA EDICIÓN, salió a la luz a principios de año, cuando se radicaron las primeras denuncias.
Cuatro hermanas se presentaron en la Comisaría de la Mujer de Itaembé Miní y relataron que fueron abusadas por su tío. El jueves 13 de enero la policía detuvo al sospechoso, un albañil domiciliado en el barrio Belén.
Dos de las víctimas actualmente tienen 19 y 29 años, sin embargo aseguraron que fueron sometidas por el hombre desde que eran menores, indicaron las fuentes. Las otras dos víctimas tienen 12 y 16 años.
Luego de conocerse las primeras denuncias a través de este Diario, otras dos jóvenes -también hermanas y actualmente de 25 y 29 años- se animaron a contar su versión de los hechos, manifestando que fueron abusadas desde que tenían 6 y 8 años por su tío.
Estas dos hermanas coincidieron en que luego de tanto tiempo de tener miedo y al enterarse de que sus primas rompieron el silencio, “tomaron coraje”, buscaron asesoramiento y concurrieron a la Policía provincial a plantear lo sufrido.
En base a los dichos de las denunciantes se pudo establecer que el hombre, una vez que las atacaba sexualmente y para asegurarse que no contaran a sus padres o conocidos lo que les hacía, las amenazaba con “hacerle a sus hermanas menores lo mismo si ellas hablaban”. En otros casos les exhibía un cuchillo, expresaron.
Siempre en base a las denunciantes, el hombre obligó a que dos sobrinas, de 3 y 11 años, observaran lo que les hacía a sus hermanas. La séptima denuncia la hizo una joven actualmente de 20 años quien contó que el imputado la “comenzó a manosear a los 12”.
Tras la imputación formal, surgió una octava acusación de una mujer que a la fecha tiene 31 años. La denuncia la hizo ante la Fiscalía de Instrucción 2. El enfermizo patrón de conducta surgió de los cotejos de las denuncias de las víctimas: el sospechoso las obligaba a mirar cuando sometía a otras menores.
Vale agregar que, en la última denuncia que se tuvo conocimiento esto también se reflejó. Al enterarse por la repercusión de las acusaciones contra su tío, se animó a salir de su casa y dirigirse a la Fiscalía. Relató que desde muy pequeña era manoseada por su familiar, indicaron las fuentes. El agresor aprovechaba la ausencia de su madre (hermana del acusado) para someterla.
La denunciante le contó en varias ocasiones a su progenitora lo que sucedía, pero ésta no le creyó, hasta que presenció uno de los abusos. Lejos de denunciar o de decirle algo al individuo por lo que le hacía a su hija, la madre de la denunciante le pagó el pasaje a su hermano en Buenos Aires para que viniera a Misiones, en una actitud que a todas luces podría tratarse de un encubrimiento.
Toda esta pesadilla continuó, según la víctima, cuando vino a vivir a la casa de su padre a la capital provincial, ya que los abusos continuaron hasta 2015. Luego vinieron los tratamientos psicológicos. Esta mujer además, afirmó que fue testigo presencial de abusos a sus hermanas por parte del mismo acusado.