Más allá de importantes cambios en materia de inclusión para personas con discapacidad, en algunos puntos aún se necesitan avances. En este sentido, en el Día Mundial del Síndrome de Down recuerdan la importancia de visibilizar y hablar de esta condición. Ayer, en la costanera de Posadas se realizó un evento con la participación de familias y con diversas actividades.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Actividades Inclusivas (ASDAI), Rosa Billerbeck, explicó que sobre esta conmemoración que “a raíz de la pandemia, por dos años consecutivos no pudimos realizar el evento de manera presencial. Desde ASDAI trabajamos hace 10 años en la temática de inclusión social de las personas con Síndrome de Down, donde la sociedad y las personas se suman para acompañarnos”.
Señaló que “el objetivo es sensibilizar, visibilizar y concientizar a la sociedad sobre este tema, para que puedan conocer que no hablamos de una enfermedad, sino una condición con la que se nace”. Para hablar de inclusión, recordó que “debemos brindar oportunidades a las personas con Síndrome de Down para desarrollarse y mostrar su potencialidad”.
En materia de cambios, contó que “con el correr de los años, hay muchos más espacios, se han creado planes de acción para las personas con discapacidad. Hay más inclusión en lo social, cultural, deportivo, con chicos que hasta compiten en atletismo. A nivel educativo, también se avanzó muchísimo gracias a los apoyos que se vienen realizando”.
Billerbeck detalló que en la provincia “en el caso de las personas con Síndrome de Down, 20 o 30 años atrás la realidad era otra con las cuestiones médicas, la falta de apoyo y de estimulación temprana. En cambio, hoy gracias a que se pudo avanzar una persona llega a los 60 años con muy buena calidad de vida y demandando espacios de inclusión”.
La presidenta de ASDAI remarcó que a pesar de esta evolución “siempre queda algo más por hacer”. Entre los puntos a mejorar, indicó que “en el aspecto laboral, aún falta avanzar, porque primero debemos comenzar con una formación, una orientación laboral y esos espacios no se están dando, así que resulta difícil”.
Entre las experiencias cercanas, precisó que “si bien acuden a centros, después de los 30 años, las personas con Síndrome de Down se cansan, no quieren asistir más, porque tienen otras expectativas”. Aseguró que “cuando se tiene más estimulación y atención, comienzan a demandar cada vez más espacios”.
Recordó además que “cuando comenzamos, fue justamente a raíz de la necesidad sentida de los jóvenes y adultos. Siempre decimos que los más pequeños tienen estimulación temprana, su apoyo en la escuela común y la especial, sumada a terapias. Sin embargo, luego de los 16 años quedan un poco relegados”.
Asimismo, destacó que “algunas personas con Síndrome de Down están ocupando puestos y vamos creando espacios. En Misiones, debe haber otros lugares para las personas y a nivel laboral debemos seguir potenciando esa área”.
Romper paradigmas
“La murga de ASDAI se llama ‘La que se viene’. Tiene que ver con los cambios de paradigmas, los nuevos retos y formas de ver la discapacidad”, contó la presidenta de la Asociación, Rosa Billerbeck.
Uno de cada 1.000 bebés recién nacidos tienen un diagnóstico de Síndrome de Down, un trastorno genético de cromosomas del par 21.