El viernes último se conmemoró el Día Mundial de la Obesidad, una problemática que va en aumento según estadísticas mundiales, y que atañe a personas cada vez más jóvenes, aumentando la posibilidad de contraer otras patologías como diabetes e hipertensión de forma precoz. Así lo afirmó a FM 89.3 Santa María de las Misiones la licenciada y magíster en Nutrición Verónica Núñez
“Las consecuencias son las mismas pero más graves, aquel niño que presenta obesidad desde chico puede desarrollar una diabetes tipo dos antes que sus padres, que la desarrollaron a los 40 o 45 años. Hoy en día vemos niños con nueve, diez años con esta enfermedad a causa de la obesidad” afirmó la licenciada.
A su vez, se registran cada vez más niños con hipertensión e insulino-resistencia, es decir, el paso previo a una diabetes, una condición silenciosa que se suele acarrear años, “algo que no se veía antes y hoy es muy frecuente”. Estos problemas, sumados a los ya conocidos, como las “limitaciones físicas, la discriminación, y el bullying”, propician un deterioro en la salud física y mental del niño, por lo cual “mientras más joven sea, es mayor la gravedad”, aseguró la nutricionista.
Erradicar el estigma
Al analizar la situación, una de las cuestiones que remarcó esta especialista, es que la obesidad es una enfermedad multicausal, es decir, no depende sólo de un factor sino de varios: lo social, lo económico, y lo psicológico.
Esta “patología no es una cuestión voluntaria, no es algo que la persona elige o puede dejar de tener, hay que terminar con ese estigma que el que tiene obesidad es porque no hace suficiente actividad física o se alimenta mal”, indicó, “hay que responsabilizarnos como sociedad”.
Esto implica entre otras cosas repensar la forma con que se nombra a las personas que padecen esto, afirmó Núñez, siendo lo indicado cambiar la designación “persona obesa o gorda” por “persona que tiene obesidad”.
“La persona con obesidad tiene un problema inflamatorio crónico, es una mochila que carga, muchas veces hace más ejercicios, cambia su alimentación y aún así no puede bajar de peso entonces se frustran y abandonan”, destacó.
La dieta: un traje hecho a medida
Al ser consultada por la cantidad de dietas que se vuelven populares y circulan en la web, la especialista indicó “no hay algo que esté prohibido o no sirva, siempre decimos que la dieta o el plan alimentario es un traje a medida, capaz no te queda bien a vos, pero a otro sí”.
Esto está relacionado con que la alimentación “no sólo es el acto de comprar y comer”, sino también, se deben considerar los factores culturales, económicos y los hábitos diarios como los horarios de trabajo o estudio. “El gran obstáculo de la población es la falta de tiempo además de lo económico, entonces no podemos pensar que una dieta le va a funcionar a todos“, afirmó.
El problema de estas fórmulas radica “en que uno las saca de internet, un error, porque no se evalúa a la persona en particular”.
No obstante, en cuanto a los tratamientos y la obesidad en sí como enfermedad “cambió el panorama: antes teníamos mayormente adultos que asistían, no por la obesidad sino porque algún médico los derivaba por otras patologías como diabetes, hipertensión o un problema en la rodilla; y ahora tenemos pacientes que sí consultan por la obesidad en sí y siendo más jóvenes”, un punto positivo para tratar de forma correcta esta enfermedad.
Ley de etiquetado frontal
El año pasado el país tuvo como novedad la aprobación de la Ley 27.642, conocida como la ley de etiquetado frontal, que tiene como objetivo advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos, y así ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. En cuanto a esto la nutricionista destacó “estoy contenta y espero que esta ley se reglamente rápido porque es algo urgente, los argentinos no sabemos lo que comemos, no sabemos leer los etiquetados.”
Esto pondrá claridad al etiquetado actual “que ni los nutricionistas podemos explicar”. Menos una persona “que agarra un paquete de galletitas y quiere entender qué tiene”.
Esto a su vez, propicia una situación irónica en el embasado ya que, con la finalidad del marketing, los alimentos sí enuncian de forma visible y clara categorías como “light”, “0 grasas trans” o “reducido en azúcares”, dando la pauta que se trata de un alimento saludable “y en realidad esos alimentos a veces son menos recomendables que sus versiones originales”, explicó en referencia a lo que “no es light”.
