Un grupo de científicos acaba de publicar el hallazgo de un nuevo dinosaurio “pico de pato”, de unos 70 millones de años de antigüedad, a partir de uno de los cráneos más completos hallados en Sudamérica.
“Es un descubrimiento muy importante, no sólo porque se trata de una nueva especie, sino, también, porque nos da información clave sobre cómo fue la evolución de estos animales en Sudamérica. Casi todas las especies descriptas de este grupo provienen del Hemisferio Norte”, describe Sebastián Rozadilla, becario del CONICET e integrante del equipo de trabajo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV), del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
La nueva especie fue hallada 70 kilómetros al sur de la ciudad rionegrina de General Roca, en un terreno perteneciente a la familia Arriagada, y fue bautizada Kelumapusaura machi, que significa “reptil de la tierra roja” en mapudungun. Los distintos fósiles, que además del cráneo incluyen vértebras, algunas costillas, pelvis, escápula y fémur de distintos tamaños, permitieron a los investigadores inferir las dimensiones del animal, además de considerar que se trataba de una manada.
Los estudios biogenéticos realizados sobre los fósiles indican, al menos de forma preliminar, que todos los dinosaurios pico de pato -también llamados hadrosaurios- de Patagonia corresponden a un mismo grupo. A su vez, dicho grupo está relacionado con otros hadrosaurios hallados en América del Norte.
“Hay que tener en cuenta que esta especie vivió sobre el fin de la era de dinosaurios, en una edad que se llama Maastrichtiano y que cierra el período Cretácico. Y eso también es importante, porque la gran mayoría de dinosaurios que conocemos de Patagonia son más antiguos, de 80 o 90 millones de años atrás”, especifica Rozadilla.
Reconstruyendo el pasado
En términos paleontológicos, todo indica que aún quedan grandes tesoros ocultos en los estratos de lo que hoy es Argentina y que, hace millones de años, era parte del subcontinente Gondwana.
La campaña que permitió que el Kelumapusaura machi fuera descubierto inició en 2018, a partir de un subsidio de National Geographic otorgado a Mauro Aranciaga-Rolando, quien también forma parte de la investigación.
La región ya había sido explorada anteriormente, surgiendo, durante las excavaciones, dinosaurios de cuello largo, dinosaurios carnívoros y animales de menor tamaño, como lagartijas y tortugas.
“Es una región que promete mucho. En cada viaje que hacemos encontramos una especie nueva”, destaca Rozadilla, quien cuenta que, si bien la excavación es un trabajo muy delicado, la tierra rojiza de la región fue fácil de trabajar.
Respecto al hecho de que sea una nueva especie, el becario asegura que las mayores novedades, en el 90 por ciento de los casos, está en el campo. “Ya en el terreno uno empieza a ver si se trata de un hallazgo nuevo o no, a partir de los rasgos anatómicos. Luego, claro, hay que corroborarlo con mucha investigación, con bibliografía y los trabajos previos de colegas alrededor del mundo. En este caso, tuvimos la suerte de que este fuera un animal diferente a los hadrosaurios ya descriptos anteriormente”, subraya.
Fuente: Agencia CTyS-UNLaM (por Nicolás Camargo Lescano)