Por: Rocío Gómez
“Él se hacía pasar por magnate con una vida de lujo y seducía a mujeres por Internet para robarles millones de dólares. Ahora, sus víctimas se han unido para vengarse juntas”, reza la sinopsis de “El estafador de Tinder”, el documental de casi dos horas que Netflix estrenó el pasado 2 de febrero y que rápidamente se convirtió en trending topic -para usar algo de la jerga del mundo de las redes sociales- en el mundo entero.
De repente, los memes con Simon Leviev, cuyo verdadero nombre es Shimon Hayut, se esparcieron por las redes como reguero de pólvora y estar ajeno a lo que sucedía en la famosa plataforma de streaming se volvió una misión imposible. Sin embargo, hay quienes todavía no vieron el documental y es necesario avisar, antes de seguir, que de ahora en adelante habrá spoilers.
¿Qué dice “El estafador de Tinder” de la manera de vernos y pensarnos? ¿Qué análisis hace el espectador con respecto a una historia que, por estos lares, suele conocerse como “el cuento del tío”? ¿Qué se piensa si se lo hacen a una mujer blanca y europea, antes que a un abuelo o abuela?
Simon Leviev se presentaba a sí mismo como hijo de Lev Leviev, un magnate del mundo de los diamantes, y mostraba en redes sociales una vida de lujos: cenas en restaurantes de todo el mundo, viajes en aviones privados, vestido de pie a cabeza en Armani o Louis Vuitton. De hecho, esas fueron las primeras imágenes que encontró Cecilie Fjellhøy, en Tinder, la app de citas más popular en esta época.
Su historia es la primera en el documental y su relato empieza con la idea de encontrar el “verdadero amor”, como el que encontró Bella, en “La Bella y la Bestia”. En sus ideas de cómo hacer realidad esta historia fuera de la pantalla: transformar con el amor a un hombre duro, defenderlo ante el peligro, cambiarlo para mejor. Es interesante que así se inicie su relato. Poco después cuenta cómo cae en las redes de Leviev, cómo la conquista con una cena en un lujoso hotel de Londres y como sigue tejiendo redes llevándola a Bulgaria esa misma noche, mientras la sienta en un mismo auto con la madre de su hija, quien halaga sus características como padre y como persona. La receta para enamorarla.
Las redes se van tejiendo por debajo de Cecilie, quien está encantada con la posibilidad de crear su propia historia de cuento de hadas. Esa red de “amor romántico” en el que caemos la mayoría de las mujeres que crecimos viendo las películas de Disney, donde aparecía el príncipe azul a salvar a la princesa que no hacía más que esperar el salvataje para luego vivir “felices para siempre”.
¿Fueron los lujos, fue su ropa, fue el dinero lo que atrajo a Cecilie? Esa es una pregunta que debería responder ella… sin embargo, ¿qué otro tipo de vida se muestra en redes sociales? ¿Las fotos que vemos diariamente de nuestros contactos no son acaso de cenas en restaurantes, fiestas, viajes, etcétera? ¿Por qué lo primero que se piensa de ella es que está detrás de su supuesta fortuna?
Cecilie cae en sus redes. Se vuelven novios y poco tiempo después la historia se complica: Leviev le envía unas fotos de él ensangrentado, culpa a una rivalidad con enemigos en el mundo de los diamantes y le asegura que todas sus cuentas han sido bloqueadas y necesita dinero. Cecilie, creyéndose su novia, se endeuda para ayudarlo – o salvarlo- como Bella a Bestia. Le transfiere, al cabo de un tiempo, alrededor de 250 mil dólares.
Pernilla Sjöholm es la segunda víctima. Si bien se conocieron en Tinder, lo de ellos no va hacia lo romántico sino que desarrollan una amistad. Juntos, viven unas vacaciones de ensueño en Ibiza, con paseos en yates y cenas en los principales restaurantes de la ciudad. Luego, la misma historia: la persecución de sus enemigos, el bloqueo de sus cuentas y él recurre a su amiga. Le pide dinero, que compre algunos pasajes de avión. Pernilla duda, pero la posibilidad de ayudar a su amigo la puede más y le da todos sus ahorros: 30 mil dólares destinados a la compra de un departamento.
Mientras, Simon vivía su vida de lujos con el dinero de Cecilie y Pernilla: los investigadores estiman que implementó una estafa denominada esquema Ponzi, que consiste en pagar los intereses -en este caso su lujosa vida- de una inversión -en este caso un préstamo- mediante el mismo dinero invertido o con el dinero de nuevos inversores -en este caso sus amantes prestamistas-. Lleva el nombre de Carlo Ponzi, un famoso delincuente de origen italiano que estafó a cientos de personas en los años 20, en Estados Unidos.
Básicamente el sistema era pedir dinero a una de sus novias, con ese dinero mantener el estilo de vida con otras y así sucesivamente: logró que lo ayuden con el mismo relato de ser perseguido por enemigos. La pregunta que surge, desde la comodidad del sillón y con el control en la mano, es “¿cómo le dieron tanto dinero a un hombre que apenas conocían?”.
¿Fue el amor romántico el que hizo su trabajo? ¿Fue la confianza ciega en quien promete el oro y el moro? Leviev y Cecilie estaban buscando departamento para irse a vivir juntos… todo como parte del relato del estafador. ¿Se puede escindir eso de sus decisiones?
La historia salió a la luz cuando Cecilie, ya consciente de la estafa, hizo la denuncia a VG, uno de los principales diarios de Noruega. Así arrancó una investigación que descubrió el verdadero nombre del estafador y su nacionalidad; unió a Cecilie con Pernilla y desnudó toda la red de estafas del supuesto magnate de los diamantes.
La nota se publicó en febrero de 2019 bajo el nombre de The Tinder Swindler (El estafador de Tinder), con fotos y videos y toda la historia contada en primera persona por las víctimas, al menos las que se conocían hasta entonces. Esa nota leyó Ayleen Charlotte, novia de Leviev por esa fecha, quien también le había prestado dinero.
Ayleen decidió seguirle la corriente: escuchó sus quejas, aceptó sus excusas y le dio una “solución”. Como trabajadora del mundo de la moda, le propuso vender su ropa de marca en Internet y conseguir algo de dinero, que con su cara dando vueltas por los portales, dejó de llegar. Al otro día, ella cargó tres valijas llenas de ropa de marca y se fue.
Las imágenes la muestran planchando las costosas remeras, y pantalones para venderlos. Con esa idea, Ayleen se transformó en una especie de heroína en las redes: se vengó de su estafador. Vendió parte de su ropa, lo denunció a la policía y gracias a ella lo detuvieron por usar un pasaporte con un nombre falso.
Se supo que en 2011 fue arrestado y acusado en su Israel natal por los delitos de robo, falsificación, fraude y cobro de cheques robados. En 2019, fecha de su nueva detención, fue juzgado por aquellos delitos y condenado a 15 meses de prisión, de los cuales sólo cumplió 5, por buena conducta. De lo que hizo a Cecilie, Pernilla y Ayleen, nada. Después volvió a su vida normal: su cuenta de Instagram mostraba, una vez más, la vida de lujos que supo tener, los extravagantes regalos a su nueva novia y otra vez los aviones y la ropa de Armani.
Hasta que Netflix compró los derechos de la historia, filmó y publicó el documental y su nombre e historia se viralizaron rápidamente. Simon ya aseguró que demandará a Netflix por contar una historia que califica como “falsa”, pero no sólo eso, el estafador aseguró que quiere lanzar un podcast para contar su historia y hasta ser parte de un programa de citas donde las mujeres compitan por su amor. ¿Habrá algún productor dispuesto a poner el dinero para hacerlo realidad? ¿Tendrá sus 15 minutos de fama como si nada hubiese pasado? ¿Los está teniendo ahora? ¿Es posible dejar de verlo como un estafador para que pase a ser un showman?
Mientras tanto, las tres mujeres que dieron su testimonio para el documental siguen pagando las cuentas que les dejó Simon en su vida. Aprovechando la fama gracias al documental, lanzaron un pedido de ayuda económica a través de la web y lograron recaudar algo de dinero para hacer frente a las cuotas.
¿Qué dice de nosotros que las mujeres sean culpadas por lo que ocurrió y no el estafador y que exista la posibilidad de que Simon aparezca en la televisión, sin ser responsable de sus actos? ¿Qué dice eso de la sociedad en la que vivimos?