La expectativa de vida en Brasil se redujo 4,4 años a causa de la pandemia del coronavirus. Actualmente es el segundo país en muerte y el tercero en contagios, según estudios de especialistas demográficos en una base de datos oficiales publicado publicada este lunes.
Antes de la pandemia una persona nacida en Brasil tenía una expectativa de vida de 76,6 años en promedio. El día de hoy, después de 644.000 muertes, la cifra se redujo a 72,2 años según un trabajo de Ana Camaran, coordinadora de investigaciones demográficas del gubernamental Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA).
El estudio dejó interrogantes sobre el vínculo entre la demografía y la economía, porque habrá menos aportes al sistema jubilatorio y la pandemia anticipo la desaceleración del crecimiento de la mano de obra que había sido esperada.
“El primer impacto de la pandemia es el aumento de la mortalidad y como consecuencia la fuerte reducción de la expectativa de vida. Se ha perdido 4,4 años de expectativa en 22 meses. Eso significa una pérdida de vida de cuatro meses por cada mes vivido”, indicó la investigadora según datos oficiales del Portal de la Transparencia del Estado, en base a nacimientos y fallecimientos.
Camaran, que también es coordinadora de Estudios de Investigaciones de Igualdad de Género, Raza y Generaciones del gubernamental IPEA, explicó que con la pandemia la mortalidad se convirtió en una importante variable del envejecimiento poblacional, teniéndo en cuenta la disminución de nacimientos que venía sucediendo.
“Estaba prevista la reducción de la población a mediados de la década de 2030, pero con la pandemia esto debe ocurrir en esta década. Comienza reducción de la población en general y de la población económicamente activa”, explicó el estudio.
El aumento de la población activa económicamente debe darse en los 136 millones de habitantes en relación del 2020, 142,7 millones en 2025 y con el inicio de la curva descendente a 139,8 millones en 2030 y 133,1 millones en 2035.
“Anticipamos en cerca de diez años la desaceleración del crecimiento de mano de obra. La tendencia será que haya más padres y menos hijos y eso deberá ser tenido en cuenta para la cuenta del sistema jubilatorio”.
Por su parte el demógrafo José Eustáquio Diniz Alves, exprofesor de la Escuela Nacional de Ciencias Estadísticas, opinó que el movimiento es similar en todo el mundo.
“La pandemia no va a cambiar el rumbo demográfico, pero deberá anticiparlo. No sabemos cuándo la pandemia terminará, pero se reducirá la mortalidad después de ella. No creo que exista un boom de nacimientos, sino que las mujeres que postergaron sus decisiones reproductivas retomarán sus planes”, subrayó.
Como la principal economía latinoamericana, Brasil tendrá, según el demógrafo, menos gente en el mercado laboral y la cantidad de personas de la tercera edad aumentaran, impactando así el sistema jubilatorio y de salud.
Fuente: Agencia Nacional de Noticias Télam