Quienes cumplieron un año en un alquiler, ya tuvieron que pagar los nuevos valores del departamento o la casa donde está viviendo. Sin embargo, los montos se establecen según marca la ley vigente y los porcentajes están asociados a la inflación; por lo cual la suba es un duro golpe al bolsillo de los trabajadores.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Adrián Torres, presidente de la Asociación Misionera de Inquilinos, se refirió a la situación por la cual atraviesan actualmente quienes alquilan. “Es angustiante porque los aumentos son muy elevados con respecto al sueldo del trabajador”.
Al mismo tiempo, agregó que “el salario del trabajador se estancó y los incrementos no llegan a lo que marca la inflación, que es el índice por el cual se rigen los aumentos de los alquileres. Por lo tanto, los aumentos (de los alquileres) son muy importantes y se resiente el bolsillo”.
En este punto, expuso que los inquilinos tratan de acomodarse de alguna manera a esta situación. “En algunos casos están buscando alternativas que se acomoden a su realidad económica. Es lo único que queda por hacer”, lamentó. Asimismo, comentó que “hay otros que están negociando con las partes para tratar que el aumento no sea tan elevado”.
La ley
Por otra parte, Torres mencionó que “lamentablemente es el incremento que marca la ley. Es verdad, hay un atraso en cuanto a los incrementos y es entendible la situación. Pero no es el problema del inquilino y la realidad de éste indica que el precio es muy alto”.
En consecuencia, sostuvo que “la situación en la provincia es distinta a Capital Federal donde los sueldos son más altos. En nuestra provincia los sueldos son muy bajos y la precarización laboral hace que muchos cobren menos de lo que indica la escala según el sector”.
Remarcó que “esta ley no está protegiendo los intereses del inquilino”.
Sumado a la problemática de hacer frente a los altos precios, los inquilinos también padecen muchísimo por la escasez de departamentos o casas en alquiler para familias. “Algunos propietarios manifiestan que tuvieron que sacar del mercado los departamentos que tenían en alquiler y los pusieron en venta”, contó Torres.
Al parecer cuesta mantener el departamento, ya que con el alquiler no se cubren los gastos de mantenimiento. “Eso hace que se tenga que cobrar mucho más caro, pero como el mercado no da para cobrar más, deciden ponerlo en venta”, deslizó.
El dirigente de los inquilinos especificó en ese sentido que “hay menos casas en oferta y se complica al momento de buscar lugares para grupos familiares más grandes”. Y concluyó que “lo que más se consiguen son monoambientes”.