Autoridades sanitarias de la Nación y de la provincia de Misiones brindaron una serie de recomendaciones para el uso y consumo de agua segura y, en consecuencia, para la prevención de enfermedades asociadas a la contaminación como las diarreicas y el síndrome urémico hemolítico.
La clave más importante es tener en cuenta que toda agua que no se suministre por medio de la red de agua corriente o que no sea envasada, no es completamente segura.
Es así que fuentes como ríos, arroyos, vertientes, pozos, aljibes o cisternas no reciben el tratamiento adecuado para asegurar la salud de las personas. En tales casos el agua puede estar contaminada, y lo más peligroso es que no siempre se nota en su apariencia, olor o sabor.
Si se sospecha que el agua no es segura, teniendo en cuenta su fuente, es recomendable hervirla en un recipiente tapado diez minutos, enfriar y volcarlo en el vaso de donde se la va a consumir.
También se pueden colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua, y dejar reposar durante 30 minutos antes de consumirla.
Tales recomendaciones están en sintonía con los datos recabados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha estimado que el 80% de todas las enfermedades y más de una tercera parte de las defunciones en los países en desarrollo, son atribuibles, en una gran parte, al desabastecimiento de agua potable y sistemas correctos de saneamiento.
Asimismo, el agua contaminada es una de las principales causas de enfermedades diarreicas, un importante factor de morbimortalidad en lactantes y niños pequeños, y responsable de una de las causas más comunes de malestar generalizado entre los adultos.
Hay que recordar que, en Argentina, según el último censo, la cobertura de agua es del 83%, es decir, 32,8 millones de habitantes.