Felipe, el primer y mejor amigo de Mafalda, apareció por primera vez el 19 de enero de 1965. Ambos vivían en el mismo edificio y al momento de su debut tenía 7 años, uno más que la protagonista.
De apellido desconocido, su padre nunca apareció en escena (el único dato que tenemos de él es su profesión de ingeniero), pero sí su madre (es ama de casa), con quien Felipe tiene un gran parecido físico.
Quino lo elaboró como una persona muy imaginativa, tanto que muchas veces cree que sus sueños son reales. Gran admirador del Llanero Solitario, es en varios aspectos el polo opuesto de Mafalda y, quizá por ello, su mejor complemento.
El humor en torno a Felipe siempre se basa precisamente en las jugadas que le hacen sus fantasías e ideas, casi siempre complementadas por ocurrencias de Mafalda.
Felipe es el chico fantasioso, generoso, inocente y sobre todo muy reacio a hacer los deberes de la escuela e ir a clases. Pasa la mayoría de su tiempo construyendo mundos de fantasía que lo absorben y lo distraen completamente de la realidad, y quizá por eso vive eternamente agobiado por sus tareas escolares y su dificultad para mantener la atención en ellas.
Algunas de sus frases más célebres
“El sentido de la vida ¿es doble mano?”
“Siempre hay un sarcástico materialista dispuesto a estropearnos la fantasía”
“Hasta mis debilidades son más fuertes que yo”
“No dejes para mañana el tratar de encajarle a alguien lo que tienes que hacer hoy”
“¿Por qué justo a mi tenía que tocarme ser yo?”
“Cuando uno no sabe qué decir, no sabe cómo decir que no sabe qué decir”.
Fuente: Todo Historietas