Con el cierre de fronteras por la pandemia, el negocio se había suspendido. Pero, abierto el puente San Roque González de Santa Cruz y ampliado el cupo para el cruce entre Posadas y Encarnación (Paraguay), toma cada vez más fuerza la connivencia entre diferentes sectores para que las largas colas terminen siendo un negocio.
Los “cruces VIP” volvieron también en pandemia. Cuanta más gente espera, más horas demora Migraciones y Aduanas en habilitar el ingreso a la Argentina, más “trabaja” el cobro de coimas para adelantarse a quienes no se entregan a la oferta ilegal de conseguir una escolta oficial para superar la fila kilométrica a cualquier hora.
El cónsul paraguayo en Posadas, Rolando Goiburú, admitió ayer en Radio República conocer la maniobra. La atribuyó a la falta de agilización del puente aunque buscó minimizar las denuncias.
La lentitud se produce en la fila y controles de ingreso que no dan abasto. Es por eso que justamente, hacen más estos actos de corrupción de quitarle dinero a la gente para poder cruzar el puente en forma más rápida”.
Cuando le hicieron escuchar mensajes de oyentes sobre jóvenes que piden entre 4 mil y 8 mil pesos por auto de coima, el diplomático dijo que “la lentitud se produce en la fila y los controles de ingreso que no dan abasto. Es por eso que, justamente, hacen más estos actos de corrupción de quitarle dinero a la gente para poder cruzar el puente en forma más rápida”, dijo.
Goiburú agregó que “son esporádicos casos y, por supuesto, enervan a cualquiera que vea que le pasan por el costado mientras hace cuatro o cinco horas que está sobre el viaducto”, tratando de minimizar las crecientes denuncias de quienes no se “prenden” y ven cómo los avivados ganan tiempo.
Ante la insistencia de los graves hechos, el Cónsul terminó admitiendo: “He visto la configuración de varios tipos de delitos, incluso sobre el viaducto. Se trata de controlar pero, cuando hay una concurrencia masiva de personas, se hace difícil”.
A su vez, sostuvo que “las autoridades están alerta a los casos y se han dado hechos delictivos también para el ingreso a Encarnación”.
Cadena de favores
¿Los coimeros funcionan solos, libremente? Es difícil pensar que en una zona tan custodiada por la Armada paraguaya, la Gendarmería argentina, Migraciones y Aduanas, alguien que no hace salida o ingreso a cualquiera de los países se pueda mover libremente y pedir dinero.
Como resulta curiosa la forma en que esas mismas personas consiguen custodia de motos oficiales para adelantarse en las filas a quienes no pagan.
A su vez, que los que pagan los cruces VIP puedan llegar a las casillas de Migraciones y Aduanas sin que les pregunten siquiera por qué razón se adelantaron. Una acción reservada a situaciones de emergencia, diplomáticas u oficiales de países.
Se hace más visible la conveniencia -y connivencia- en esta “cadena de favores” entre organismos para que la agilidad no llegue nunca.
Una ministra agredida por coimeros en un hecho que nunca se investigó
Fue en julio de 2018 que PRIMERA EDICIÓN publicó cómo funcionaban los “cruces VIP” sobre el puente internacional San Roque González de Santa Cruz. Por entonces, casi cuatro años atrás, el negocio para interponer sin hacer mucha cola en el viaducto, cotizaba entre 800 y mil pesos argentinos.
Dos meses después, volviendo de Encarnación, la entonces ministra de Derechos Humanos de la provincia, Lilia Mariel “Tiki” Marchesini estaba en la larga cola habitual del puente e intentó filmar a los coimeros que ofrecían el cruce VIP a otros conductores. La respuesta fue la agresión física y una amenaza de muerte: “Los podemos matar, acá no son nadie”.
“La gente se tiene que cuidar. Lo que vivimos fue una situación de riesgo. Nos cruzaron dos automóviles, se bajaron para golpearnos y nos amenazaron de muerte. Parecía una película. Fue una pesadilla”, relató entonces Marchesini.
Apenas pudo llegar a Posadas, la ministra fue atendida en el hospital Madariaga. Días después, diplomáticos y funcionarios paraguayos prometieron investigar. Nada sucedió.
Modus operandi
En aquel episodio vivido por Marchesini, quedó claro cómo funciona el sistema. Al decir de los testigos, funcionarios de Migraciones y de la Policía de Tránsito de Encarnación cerraron el ingreso al viaducto con conos y una barrera.
“La excusa que nos dieron fue que la Aduana argentina no daba abasto, no tenía casillas. Sin embargo, pese a ello, comenzamos a notar que lentamente pasaban de a dos o tres autos y les permitían ingresar al puente”, relató Marchesini. “Todos empezamos a bajarnos y empezamos a preguntarnos qué pasaba, por qué algunos de más atrás pasaban y nosotros no”, agregó la ministra en septiembre de 2018.
Las sospechas se transformaron en realidad una vez que varios de los automovilistas relataron que motociclistas de civil les habían ofrecido “hacerlos pasar” a cambio de 1.500 pesos. “Con algunos contactos de Posadas pude saber que en la Aduana argentina habían abierto dos casillas más y que el puente estaba ocupado apenas en un cuarto de su capacidad por automóviles”, relató Marchesini.
“Enseguida entendimos lo que realmente sucedía. Es una mafia donde intervienen todos los actores. Por eso, la gente decidió cortar el tránsito de los vehículos que intentaban pasar de esta manera, clandestina”, recordó la ministra.
La respuesta, como se dijo, fueron la violencia física y verbal a quienes intentaron impedir el negocio.