La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) aprovecha el inicio del verano, período en el cual las personas están más expuestas al sol, para promover la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel debido a que la mayoría de las lesiones cutáneas están relacionadas con dicha exposición.
Durante la exposición al sol, la radiación ultravioleta (RUV) penetra en la piel y puede dañar el ADN, haciendo que las células sean cancerígenas.
La enfermedad es causada por el crecimiento anormal e incontrolado de las células que forman la piel y los datos sobre la misma refuerzan la necesidad de prevención: en 2020, según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan) de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) hubo1.731 nuevos casos de cáncer de piel no melanoma en Argentina.
Este daño puede ser causado por el efecto acumulativo debido a la exposición a lo largo de los años, o de forma aguda, con quemaduras, ardor y enrojecimiento.
Según la IARC, el 52,8% de los casos de melanoma en nuestro país pueden ser atribuidos a la exposición a rayos UV, lo cual ubica a Argentina entre los países con riesgo medio. La exposición excesiva al sol también puede causar tumores benignos, no cancerígenos, imperfecciones y fotoenvejecimiento.
Desafortunadamente, el efecto acumulativo del sol no es reversible, pero ya se sabe que existen medidas fotoprotectoras efectivas que logran minimizar este daño y promover la salud de la piel.
Recomendaciones
Entre las medidas recomendadas por la SAD se encuentran la de evitar las horas de mayor incidencia de sol, de 10 a 16, y la de usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen radiación UVA y UVB, de calidad reconocida y cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30.
Además la SAD recomienda aplicar protector todos los días, incluso cuando esté nublado, porque la radiación atraviesa las nubes, colocarlo en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona.
También se debe utilizar la cantidad adecuada de crema sin olvidar sitios como orejas, empeines, labios y cuello, mientras que además se recomienda incluir otros medios de protección en la playa, como sombrillas, sombreros de ala ancha, gafas de sol con filtro UV y ropa que cubra el cuerpo o con protección UV.
La SAD recomienda no olvidar la protección solar al realizar deportes y estas medidas contribuyen al cuidado de la piel no solo en verano sino en cualquier momento del año ya que, además, ayudan a prevenir el envejecimiento cutáneo prematuro.
Durante la pandemia, también ganó importancia la protección contra la luz visible o, más específicamente, contra la luz azul de equipos como computadoras y celulares. Aunque el daño causado por la exposición continua a las pantallas es mucho menor que la cantidad de daño causado por la luz visible proveniente del sol, estimula la producción de radicales libres y melanina, causando envejecimiento, líneas finas e imperfecciones.
Diferencias entre radiación UVA y UVB
La radiación UV, o ultravioleta, es la radiación proveniente del sol y que, junto con los rayos IR y visibles, llega a la tierra. Esta radiación es capaz de penetrar en las capas profundas de la piel y es perjudicial para su salud.
Los rayos ultravioletas se dividen en tres grandes grupos (UVA, UVB y UVC), que se diferencian por la cantidad de energía que transmiten. Los UVC son detenidos por la capa de ozono y no llegan a la superficie de la tierra.
¿Qué son los rayos UVA?
Los rayos UVA son los rayos ultravioleta que menos energía tienen. Representan un 95% de la radiación ultravioleta y penetran hasta la dermis. Estos rayos generan radicales libres y favorecen el envejecimiento y la aparición de manchas en la piel. Además, su efecto es a largo plazo por lo que es muy importante protegerse de este tipo de rayos para evitar la aparición de arrugas.
¿Qué son los rayos UVB?
Los rayos UVB representan alrededor del 5% de la radiación ultravioleta que llega a la tierra. Este tipo de radiación ultravioleta tiene más energía que los rayos UVA pero se queda en la epidermis, la capa más superficial de la piel. Este tipo de radiación es la responsable de que se active la melanina y la piel se broncee pero también la causante de las quemaduras provocadas por el sol.
¿Cuáles son las diferencias entre los rayos UVA y UVB?
Como hemos comentado, la mayor diferencia entre estos grupos de rayos ultravioletas es la cantidad de energía que contienen. Sus efectos son muy diferentes: uno penetra en una capa más profunda de la piel favoreciendo el envejecimiento y el otro se queda más en la superficie siendo el causante de las quemaduras solares.
Por eso, la protección frente a ambos tipos de rayos es primordial para mantener una piel saludable.