El gobierno de Reino Unido envió docenas de armas nucleares de profundidad en los buques que desplegó durante la Guerra de Malvinas, en 1982, y “causó pánico entre los funcionarios en Londres”, según documentos desclasificados este lunes 3 de enero en los Archivos Nacionales británicos.
La información que estuvo oculta durante casi 40 años fue informada por el sitio Declassified UK, en un artículo escrito por el periodista de Seguridad y Defensa, Richard Norton Taylor. En el mismo, señala que un acta del Ministerio de Defensa británico, fechada el 6 de abril de 1982, habla de la “gran preocupación” de que algunas de las “bombas nucleares de profundidad” pudieran “perderse o dañarse y el hecho se hiciera público”.
Según el archivo, las armas fueron transportadas hacia las islas en el HMS Hermes y el HMS Invincible, los portaviones más grandes de la flota. El primero llevaba 18 armas nucleares a bordo y el segundo 12, mientras que el buque auxiliar de la Flota Real, Regent, tenía una.
Acorde al informe de Taylor, el argumento que utilizó el Ministerio de Defensa de la nación insular fue que la capacidad militar de los buques de guerra se reduciría drásticamente “en caso de tensión u hostilidades con la Unión Soviética al mismo tiempo de la Operation Corporate (nombre en clave para referirse a la recuperación de Malvinas)”. Además, añade que el Ministerio de Relaciones Exteriores británico pidió el desarme, lo que ocasionó una disputa con la cartera de Defensa.
En 2003, Gran Bretaña reconoció que varias de las naves enviadas por la ex primera ministra Margaret Thatcher, quien falleció en 2013, llevaban armas atómicas. La nueva información trae a la luz la cantidad exacta de armas, que hasta ahora era desconocida.
Las bombas de profundidad nuclear se despliegan desde barcos de la Armada para atacar submarinos sumergidos. En uno de los informes desclasificados, dice que el secretario de Estado, John Nott, deseaba “continuar con la práctica establecida desde hace mucho tiempo de negarse a comentar sobre la presencia o ausencia de armas nucleares del Reino Unido en un lugar determinado y en un momento determinado”.
En otro documento manifiesta que no hubo riesgo de una “explosión de tipo bomba atómica”. Pero existía la amenaza de la “eliminación de material fisionable” si alguna de las armas resultaba dañada, lo que podría provocar hasta 50 “muertes adicionales” por cáncer.
“Los argentinos podrían hacerse con tecnología nuclear y podríamos haber tenido que enfrentar una gran vergüenza en el campo de la no proliferación” en el caso de un barco hundido, añade.
El Ministerio de Relaciones Exteriores británico también se había mostrado preocupado por la presencia de armas nucleares debido al Tratado de Tlatelolco de 1967, que estableció una zona libre de armas nucleares en América Latina y las aguas circundantes, que incluyen a las Malvinas.
Fuente: Medios Digitales