Un equipo internacional de científicos analizó las toxinas presentes en los venenos de la mayoría de las serpientes y otros animales venenosos, bautizadas como calicreínas, para rastrear su origen y descubrir un gen presente en su ancestro común.
“Los sistemas de veneno orales, específicas de las serpientes, son especialmente complicados, mientras que el origen de sus venenos sigue sin estar claro” indicó Agneesh Barua del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa y el principal autor del estudio quien agregó que que el veneno es “un cóctel de proteínas tóxicas”.
En su estudio anterior, Barua y su equipo sugirieron que el ancestro común de las serpientes y los mamíferos venenosos podría haber tenido un grupo de genes con un potencial tóxico. Pero el reciente experimento revela que todos los venenos evolucionaron a partir de un gen ancestral común.
Gracias a los avances en los métodos genómicos, los científicos lograron identificar y comparar todos los genes de la calicreína en los reptiles, los anfibios, los peces y los mamíferos y crearon un árbol evolutivo. Llegaron a la conclusión de que las calicreínas del veneno de las serpientes y las de la saliva de los mamíferos venenosos habían evolucionado a partir del mismo gen ancestral.
Lo que más sorprendió a los investigadores fue el hecho de que las calicreínas no tóxicas, presentes en la saliva de los mamíferos no venenosos como los ratones o los humanos, también evolucionaron desde el mismo gen, algo que significa que en ciertas condiciones, nuestra saliva podría volverse tóxica, aunque es poco probable.
Fuente: Sputnik