Es que a los 14 ya se embarcó como grumete y se pasó navegando durante mucho tiempo. Es por eso que “este es un pequeño homenaje al pionero de los baqueanos de río y fundador, entre otras cosas, del ex Club Guido Spano, de Villa Blosset”, aseguró.
Maximiliano “Manchi” Oviedo llegó al mundo en 1928, en Villa Blosset, un barrio situado muy cerca del puerto capitalino, y falleció en octubre de 2003, en esta misma ciudad que lo vio nacer. Obsequió esta reseña -de la que se desconoce la autoría– al profesor Aníbal “Pechín” Guerrero, a quien el escrito lo motiva a recordar su niñez ya que vivía junto a sus padres, en diagonal a la Ex Usina del Puerto.
“Mi casa quedaba detrás de la Prefectura Naval, o sea, en la bajada del Cerro Pelón. Esas piedras se utilizaron para ganar terreno al río y dar lugar al puerto. Eso me había contado “Manchi” cuando ya era mayor, y yo lo frecuentaba en su casa de avenida Blas Parera. Mi papá, Albino Guerrero, trabajaba en La Usina, a la entrada al Puerto”, contó.
Agregó que tendría ocho años, allá por 1957, cuando en el puerto atracaba un barco de pasajeros llamado “El Guayra”. En aquel entonces “yo también conocía el puerto y sus alrededores, y pescaba desde muy chico. Recuerdo que, desde la cocina del El Guayra, se tiraban restos de comida entre el barco y el muelle y en ese lugar los peces abundaban. En ese lugar estaba garantizada la pesca. También en esa época, los chicos nos bañábamos en la costa y veíamos cuando llegaba el hidroavión. La marejada que generaba era todo un griterío de alegría, pero los marineros de Prefectura nos tocaban pitos para que saliéramos del agua”.
Según Guerrero, el puerto en aquel entonces tenía vida propia, porque era el lugar de donde salían y llegaban lanchas con pasajeros de Encarnación a Posadas. Y la Placita estaba junto con el mercado central sobre la avenida Roque Pérez entre Buenos Aires y Félix de Azara, era el lugar de las “villenas”, como se las llamaba a las paseras que a diario traían sus productos desde Paraguay. Más adelante todo fue cambiando, dejaron de funcionar los hidroaviones y el puerto mermó su actividad con la construcción del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
“Hice el servicio militar en el Consulado Paraguayo en el año 1966 y todos los días llevaba y traía correspondencias desde Encarnación. Toda esa experiencia de vida conté a Don “Manchi”, allá por 1983, cuando él tenía un Museo Naval en su casa de la avenida Blas Parera casi avenida General San Martín. Yo ya trabajaba en Emsa y él tenía fotos de la Usina Vieja del Puerto y en una de esas imágenes estaba mi papá. Me regaló fotos y tarjetas que tenía como recuerdo”, acotó Guerrero.
“Al costado del puerto en lo que sería la entrada a la Laguna San José, estaba el Ferri, la carretera y el ex Centro Deportivo de Posadas, lugar que me trae hermosos recuerdos, porque allí estaba la pileta donde la mayoría de la gente iba a nadar, practicar deportes. Buena parte de los colegios dictaba allí las clases de educación física ya que se podía correr, hacer lanzamiento de bala y jabalina. También se hacían competencias interescolares, y paseos para ver pasar al Ferri de cerca. El crecimiento del río Paraná debido a la Cota 83 de Yacyretá transformó todo”, lamentó el docente.
Reseña histórica de este punto neurálgico
Reza el escrito: “Hoy como ayer el puerto de Posadas constituyó y afianzó el signo de la esperanza y del reencuentro con la vida y el trabajo, en este pedazo de tierra de la argentinidad. No le demos las espaldas sin concientizarnos de los valores de su funcionalidad, siempre latente, pongamos nuestra atención y seamos inteligentemente conscientes del servicio que presta a la comunidad, como ocurre en otras latitudes del continente y de su heroica función pues desde aquí también se hizo Patria; forjando el aparato productivo socio-económico del Alto Paraná y de nuestra ciudad, al hacer entrar con paso agigantado al progreso y al bienestar, cuando aún era el río Paraná la vía de comunicación más importante. Necesitó de un paraje seguro en la costa y Posadas se prestó, transitando por ella la flamante actividad naviera, la continua actividad portuaria con la entrada y salida de más de cuatro buques o embarcaciones diarias, como corolario a tanto esfuerzo y dedicación”.
Y agrega el escrito cedido por “Manchi”: “Consideramos que es necesario destacar el significado de la palabra ´puerto´ como cuando queremos festejar el aniversario de alguien a quien lógicamente conocemos, por ello, recordamos que puerto fluvial, ensamblado término a término, es el que se encuentra a la vera o río adentro por medio de relleno de piedra y tierra, es un paraje de aguas profundas al amparo de los fuertes vientos, donde las embarcaciones pueden fondear, amarrar y realizar operaciones de carga y descarga, embarque y desembarque de pasajeros”.
Para construir el primitivo muelle, se tuvo que desbarrancar parte del Cerro Pelón, de la actual avenida Andresito Guacurarí, entre las calles General Paz y 25 de Mayo; “a la vez se aprovechó para abrir la segunda arteria que viene a ser una nueva bajada al puerto, motivo por el cual la primitiva bajada pasó a ser Bajada Vieja, como tradicionalmente la conocemos. Esta arteria desemboca en el ex atracadero de la ´Piedra pico´, ubicada en las inmediaciones de la barranca, frente a Prefectura, lugar primitivo de atraque y desatraque de los buques antes de la construcción portuaria”.
Con los materiales extraídos del Cerro Pelón, rellenaron río adentro hasta la profundidad deseada. Estos materiales se transportaban por intermedio de una vía con zorzas volcadoras. Al principio construyeron el muelle totalmente de madera dura y resistente al agua. En la parte central del muelle estaba un galpón alto, sin pared, con techo de zinc pintado con anticorrosivo de color rojo y era utilizado como depósito para mercaderías varias que se tapaban con encerados. En la parte inferior Oeste del muelle estaba una escalera de madera donde atracaban las lanchas de pasajeros que venían de Encarnación a Posadas, y viceversa. Este lugar de embarcadero de los pasajeros tenía un carril de aproximadamente dos metros de ancho y estaba cercado en ambos costados para mayor control.
Con el correr del tiempo este lugar del desembarcadero se llenó de barro y “el atracadero pasó a ubicarse en el actual lugar, más al Sur había una laguna pequeña rodeada de carrizal y en algunas oportunidades se podían apreciar aves y animales silvestres como ser: siete colores, saracura, Martín pescador”. El hábitat estaba compuesto también por nutrias, carpinchos, reptiles, y algún yacaré, que le daban al lugar, características propias. Con el correr del tiempo, el puerto de madera fue reemplazado por el de cemento, a su vez el antiguo muelle se amplió hacia arriba en unos 80 metros más, conociéndose pronto con los indicadores de muelle alto y muelle bajo.
En el primero se destacaba un galpón grande, de aproximadamente 50 metros, y en el segundo estaban instalados dos galpones, todos para depósitos. Con el correr del tiempo, más o menos en el año 1948, un nuevo progreso se asomó a la vera del muelle bajo con la aparición de los servicios de hidroavión sin escala que unía a Buenos Aires y Posadas, ida y vuelta. En la década del 70, por el aumento del tráfico de la población de ambas orillas, se implantó el servicio de balsa para el transporte de vehículos livianos y pesados en general. Esto último motivó la construcción del puente internacional Beato Roque González de Santa Cruz.
El texto destaca que el puerto de Posadas “es y fue un medio de comunicación por excelencia” que unía activamente el alto Paraná con el resto del país, más aún cuando no había otro sistema o vía de comunicación donde buques de distinto calado amarraban para realizar cargas y descargas o para aprovisionarse y continuar viaje hacia el Alto Paraná. Fue centro de alegría, de atracción y espera, pues en el desembarcaba el transporte exclusivo de pasajeros y mixto.
Como podría recordarse, las primeras épocas del puerto fueron florecientes, circulaban tantos buques que su estructura física quedaba reducida. “El movimiento de entrada y salida se acrecentaba día a día operándose hasta segunda y tercera andanas, posiciones que dieron lugar a expandirse aguas arriba y así hubo que utilizar la costa como puerto, conocido con el nombre de “Fondeadero el barro”. Esta situación se produce no solo por el abarrotamiento del puerto y la Laguna San José sino también por las épocas de “bajantes” del río. Aún hoy se siguen usando esos lugares por ser de aguas más profundas y poseer mayor superficie, propia para la actividad portuaria. Encontramos también el atracadero de los imponentes y antiguos ferry-boats que unían físicamente el puerto de Pacu-Cuá, Paraguay, y la Laguna San José, en Posadas, Argentina”, se rescata.
Los distintos movimientos de buques de diverso porte acompañaron a los muelles que se extendieron hasta la Laguna San José y sus radas dieron lugar a que el puerto de Posadas junto a otros puertos litoraleños fueran los más importantes del país, hasta la década del 60 en que comenzaron a decrecer por diversos motivos. Entre ellos, se puede citar, “el asfaltado de la ruta nacional 12, que incrementó el tráfico y por ende el transporte terrestre con las enormes ventajas que ofrecía, ya que el servicio se realiza de ´puerta a puerta´ y no como lo es el caso de los barcos, de ´puerto a puerto´. Además, la falta de preocupación por parte de los empresarios navieros que no renovaron sus unidades y no supieron aplicar la tecnología a las mismas; el deterioro de la infraestructura portuaria; deficiencia en los muelles para operar con normalidad; causas-efectos como los pasos sinuosos, peligrosos o de poca profundidad”.
Continúa el documento: “Estas incidencias y la poca productividad fueron nefastas, incidencias negativas para la competencia con el transporte terrestre. No obstante, es digno de resaltar que las autoridades gobernantes en aquellas épocas se preocuparon por el problema y que hoy felizmente lo podemos constatar a través de la esclusa de navegación de Yacyretá y el llenado del espejo del lago que hará desaparecer aguas arriba de la represa, algunos pasos del río de fondo rocoso”.
Se insta a que “comencemos nuevamente a prepararnos para ingresar por las nuevas puertas del futuro que con paso lento se avecina por esa columna vertebral que es el río, aprovechar todas las fuentes que nos brindan tanto para el campo como para el comercio, el turismo, concientizándonos sobre la importancia que tiene la proyección del nuevo puerto de Posadas en función de los proyectos de hidrovía y la nueva tecnología del sistema de navegación a empuje implantado en nuestro país, pero también es justo recordar y hacer conocer a las nuevas generaciones el protagonismo de nuestro puerto en el desarrollo y la vida de nuestra provincia, y de la ciudad de Posadas, que giraba en torno a él”.
Pero lo que “debemos tener presente la época en que desde el puerto, única vía de comunicación existente, partían los barcos llevando hacia la selva virgen puñados de hombres que fueron los que con sudor y sangre forjaron la grandeza de esta tierra bendecida por Dios”.
Datos cronológicos
• 15/03/1628: la actual ciudad de Posadas, Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa, fue trasladada a la margen derecha del río Paraná, con el nombre de Nuestra Señora de la Encarnación, quedando en la margen izquierda unas pocas familias y el Puerto con la denominación de Rinconada de San José.
• 08/10/1870: se refunda el pueblo con el nombre de Trincheras de San José. Se habilita nuevamente el puerto, arreglando para su acceso, la calle que actualmente se llama Bajada Vieja.
• 12/02/1882: Don Eladio Guesalaga fue designado subprefecto de Posadas, siendo el primero en desempeñar este cargo, tomando la responsabilidad de organizar y controlar todo el movimiento portuario.
• 30/09/1908: sanción de la Ley 5970 de Concesión y Explotación del Puerto por el término de 50 años, a partir de la promulgación de la ley.
• 19/10/1908: promulgación de la ley 5979.
La firma Aleu Dupont debía construir los edificios para las oficinas de Prefectura y Aduana de acuerdo al artículo de la Ley de Concesión.
• 1913: Quedan suspendidos los trabajos debido a un incidente entre la firma constructora Blosset Hnos. y el Estado.
• 1914: inauguración del puerto durante la gobernación del coronel Gregorio López, siendo subprefecto don Julio Benavídez y madrina del acto la señorita Margarita Aleu.
• 1940: las viejas estructuras de madera son reemplazadas por el cemento. Construcción de enormes galpones e instalación de grandes grúas.
• 1942: empieza el transporte con lanchas de pasajeros entre Posadas y Encarnación.
• 1948: comienza a funcionar el hidropuerto.
• 1950: llega el primer hidroavión a Misiones.