¿Cuántos han logrado archivar los tiempos de Alberto Fernández cuando anuncio y se retrae sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional? El Presidente llegó a decir que estaba cerrado; después que no iba a acordar si el organismo no revisaba el costo y el monto entregado en la gestión de Mauricio Macri. Posteriormente, el Gobierno le volvió a poner una fecha tentativa: fin de año.
Y ayer, durante el acto por el día de la democracia, el mismo Fernández le dijo a la vicepresidenta Cristina Kirchner: “Voy a tomarme el tiempo que haga falta para que el acuerdo nos sirva a los argentinos”.
Es esa misma incertidumbre con la que se maneja en varios frentes de gestión y por lo cual termina cometiendo groseros errores que le cuestan caro a los argentinos.
Algo sucede para que los tiempos de Alberto cambien tanto de manera casi cotidiana: lo asesoran mal; o le pasan información errónea sobre el proceso de la negociación; o intenta cerrar y el Instituto Patria le cambia los tiempos políticos. Sino, es inentendible la multiplicidad de señales que es capaz el Presidente de enviar nada menos que al principal acreedor que tiene la Argentina.
El tiempo dirá si la estrategia política del Gobierno fue la acertada o, una vez más, habrá que pagar el costo político.