A fines de agosto pasado, hubo una dirigente que se animó a explicar el sentir que tenían los agentes de viajes sobre el aspecto que tenía Puerto Iguazú cuando se vendía el destino para fines turísticos, en una entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones (la radio de PRIMERA EDICIÓN).
Fue entonces que Margarita Valenti, vicepresidenta para el Litoral de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT) quien -con coraje y sabiendo que se vendrían las descalificaciones- sostuvo que “me preocupa poner en valor a Puerto Iguazú. No sé si no es una de las más feas de nuestro país, como ciudad. Tenemos la belleza más importante, una belleza impresionante y una naturaleza increíble para mostrarle al mundo pero la ciudad es terrible, no se hace nada. Debería ser política de Estado Puerto Iguazú”.
Desde el Municipio, un ignoto funcionario le salió al cruce mientras muchos vecinos de la ciudad de las Cataratas apoyaban la definición de Valenti.
En silencio, el gobernador Oscar Herrera Ahuad fue tomando las decisiones que hoy permiten mostrar una cara diferente de la capital del turismo provincial. Hay que reconocerle que, alejado de la polémica mediática, resolvió en gran parte el suministro de agua en algunos barrios y ordenó a Vialidad la puesta en valor de las principales avenidas de Iguazú. Incluso, mediante el Fondo de Crédito de Misiones, habrá préstamos a bajo costo financiero para quienes quieran acompañar el mejoramiento con sus propios frentes de comercios.
Pronto, además, habrá una avenida paseo, la Brasil, para seguir buscando una imagen diferente. Aun quedará por organizar la oferta comercial, gastronómica, de esparcimiento en cuanto a horarios y formas de atención.
Bienvenidos aquellos que se animan a realizar críticas constructivas y quienes estando en la función pública ofrecen respuestas (de mucha inversión) para que redunde en beneficio de toda Iguazú y Misiones.