Mientras se aguarda la evolución y declaración judicial de la víctima del ataque con municiones de bala de goma efectuado por un funcionario policial durante la madrugada del sábado pasado frente a una parada de colectivos de la avenida Cabred casi Uruguay en el barrio Villa Urquiza de esta capital, ayer se sumaron antecedentes que el sargento de 36 años acarrea en la Justicia Penal de la provincia.
Uno de ellos lo vincula a una causa por “privación ilegítima de la libertad”, expediente iniciado en 2015 y que también tiene a una mujer como víctima directa. El trámite judicial por este presunto delito cometido aguardaría resolución en la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores para ser elevado a juicio oral.
Además de esta imputación, se confirmó que en el mismo Juzgado de Instrucción 3, cuyo titular Fernando Luis Verón ordenó su detención durante la mañana del mismo sábado (20 de octubre), se lo investiga por otro episodio violento, ocurrido dos semanas antes y en el que resultó víctima un remisero por lesiones y amenazas.
Tal como lo publicó ayer PRIMERA EDICIÓN, el suboficial fue indagado en el Juzgado de Instrucción 3 el miércoles por el ataque a la muchacha que se recupera de las operaciones que le practicaron en el pecho para extraerle los perdigones de goma.
Pudo abstenerse de declarar pero optó por dar su coartada y apuntó a que las lesiones fueron producto de un accidente, un supuesto forcejeo que derivó en el grave desenlace.
Fuentes consultadas remarcaron que por lo menos fue “llamativa” la versión de accidente provocado por la víctima cuando el suboficial intentaba repeler una pelea que se desató en plena calle entre jóvenes que habían salido de bailar de un local a pocos metros.
Este relato se contradice con los vídeos captados por ocasionales testigos del momento en el que se desplegó la patrulla del Comando Oeste a la par de la Dirección Infantería.
El nivel de instrucción y legajo policial del imputado acarrea antecedentes por violencia de género y una causa por delito contra la integridad sexual. En 2006 cuando estaba afectado como funcionario en Montecarlo fue denunciado por una joven por “abuso sexual simple”, causa que con el correr de los años habría finalizado en sobreseimiento por plazos vencidos.
Su legajo, ya interpretado o calificado como “prontuario” por autoridades de la fuerza policial y fuentes judiciales, indica también que en tres oportunidades y hasta 2013 sumó denuncias por violencia de género presentadas por su concubina.