Consideran que la descentralización de la atención a las demandas de pacientes con adicciones, proceso que ya se está gestando, va a reflejar que la problemática del consumo está generalizada en toda la provincia.
Según el mapa de riesgo elaborado por el Ministerio de Prevención de Adicciones, los municipios con mayor riesgo de consumo problemático en Misiones corresponden a Posadas, Oberá y Eldorado. No obstante, “creemos que son muchos más los municipios”, afirmó a FM 89.3 Santa María de las Misiones el especialista en salud mental y psiquiatría, Joel Fernández.
Según explicó, “los dispositivos que hasta el momento estaban establecidos para el abordaje no permitían el acceso de personas que estaban en el interior de la provincia, obligándolas a desplazarse hacia las urbes para atenderse. Esto hizo que aumenten las estadísticas de estos tres municipios”. A medida que la atención comience a descentralizarse, “creemos que la demanda va a disminuir en las urbes y aumentar en el resto de las localidades, porque las personas no van a tener que viajar a Posadas, Oberá o Eldorado”, expuso.
El consumo depende de la localidad
El consumo problemático y las adicciones, no están vinculadas únicamente al alcohol o a las sustancias psicoactivas. “Va variando dependiendo la localidad y según las zonas limítrofes. Es sorprendente recorrer las localidades y encontrarse con las diferentes demandas de pacientes en función de su ubicación geográfica y cultura”, contó a FM 89.3 Santa María de las Misiones el especialista en salud mental y psicología, Fernando Blöhsel.
“Estamos insertos en una sociedad de consumo. Es muy conocida la frase de que la marihuana es la puerta de entrada a otras drogas, pero no es así. Cualquier objeto que esté a disposición para la satisfacción inmediata de una demanda de entretenimiento, placer o alivio del dolor, puede llevar a una adicción”, explicó.
Por eso, “no es raro de ver a niños con problemas de consumo, lo que nosotros llamamos demanda escondida o indirecta. Si bien no son estrictamente vinculadas a sustancias específicas, sí tienen adicciones a otras cosas como el consumo del teléfono, Internet y comida, entre otras”, mencionó Blöhsel.
En este sentido, el especialista remarcó que “el consumo problemático no depende del objeto en sí. La clave, en cambio, está en el patrón de conducta y la búsqueda de la satisfacción inmediata”.
La problemática es comunitaria
“Concebimos la problemática como social y comunitaria”, afirmó Fernández. Y aunque es importante que el adicto tenga la voluntad de seguir el tratamiento, “entendemos que la problemática no recae sólo en el paciente identificado, sino sobre el sistema familiar y la comunidad en la que se encuentra”.
De hecho, “por lo general, quienes se acercan a consultar por ayuda, no son las personas que están experimentando el consumo problemático sino algún familiar o por causa judicial”, señaló Fernández.
Puntos de asistencia
En la actualidad, Misiones tiene siete puntos de asistencia a personas por consumos problemáticos: Oasis la Misericordia (Pastoral de Adicciones de Oberá), punto asistencial de Alem, San Javier, San Vicente, la comunidad terapéutica “El Refugio” de Apóstoles, Centro Nueva Esperanza y Manantial.
“Estamos por empezar a trabajar en Aristóbulo del Valle también y Puerto Rico”, adelantaron.
Cabe destacar que, además del abordaje de las adicciones, “también capacitamos a agentes que quieran participar y ayudar con la problemática, para que la atención no dependa sólo de nosotros, sino que ya quede un equipo establecido en cada localidad”, dijo Fernández.
En todos los espacios no sólo se atienden casos de consumos problemáticos sino que también trabajan con pacientes con demanda de salud mental en general. Para más información: Misiones Te Escucha 3764-172783 o al 3764 456759 / Oasis de la Misericordia en Oberá: 3755-244562 / Hospital SAMIC de Alem 3754-422016.
Pacientes que consumen y venden
Según contó Joel Fernández, “tenemos pacientes que se acercaron por orden judicial. Están procesados por tenencia de drogas en gran cantidad pero también deben seguir el tratamiento para curar su adicción”.
En estos casos “la atención es aún más compleja, por varias cuestiones. Por un lado, al ser un detenido, se lo aleja de su comunidad y cuando pierden el contacto con sus vínculos, se complejiza”. Por otro lado, “cuántos más dispositivos de control social se le apliquen a una persona, más se burocratiza y se dificulta”.
Por otra parte, el psiquiatra se refirió al elevado nivel de estigmatización social al que se enfrentan las personas con consumo problemático.
“Todavía existe una gran estigmatización al adicto”, aseguró. Además, señaló que, contrario a lo que se considera, la problemática del consumo no aparece en la adolescencia o la adultez, sino desde muy chicos. “Para aliviar un dolor, un niño recibe una medicación. También lo sientan frente a la tele, le dan el celular y así se entra en un sistema de consumo social que es el que después se transforma en problemático, pudiendo o no mutar el tipo de sustancia a la que se es adicto”, dijo.
En este sentido, opinó que “es la misma sociedad que nos enseña a consumir desde pequeños, la que después nos castiga o nos transforma en enfermos”, cerró.
