Señora Directora: Inquieto, por el ruido político que se aprecia en los medios es que quiero opinar como argentino, estando muy preocupado por el filo de una navaja muy peligrosa por donde transita nuestra Patria sin ideas y políticos republicanos.
Tuvimos varias décadas personas que se aventuraron para asumir la conducción del país y los resultados están a la vista.
Bajo el paraguas de viejos partidos políticos que nos gobernaron antes, hoy se escuchan a candidatos para las nuevas elecciones sin propuestas concretas para sacarnos de un cercano abismo donde peligra la continuidad republicana que recibimos de nuestros próceres, cuyos resultados en la conducción de nuestro terruño, nos capacitaron a un 6º lugar en el mundo hacen mas de 6 décadas como potencia y desarrollo.
Otra vez estamos en un callejón similar a unos años atrás cuando hasta se creó el Lecop como moneda en reemplazo de nuestro dinero corriente.
Viendo los resultados de la conducción y los tremendos fracasos que Juan Pueblo tiene que afrontar para subsistir, porque la presencia correcta para lograr y afincar el desarrollo nacional estuvo ausente incluso en detrimento de nuestras PyME alguien gobernante en desmedro de nuestra industria y obreros argentinos permitió el ingreso de mercadería de muy baja calidad ¿a cambio de qué? De nuestras carnes, nuestros cereales, tal vez permisividad de pesca en nuestra plataforma marina, estas fueron medidas (algunas) que nos empujaron al estado en que nos encontramos.
Creo, como argentino, que sólo una coalición de partidos podría reencauzar nuestra Patria con un sinceramiento donde entre otras medidas, el Sr. Dólar debe ser únicamente un medio para pagar desarrollo nacional hasta tanto cuando nuestra moneda en el mundo sirva para pagar nuestros gastos.
Presiento, como argentino, que existe desde por lo menos 70 años un plan estratégico en el mundo para sacar a nuestro país del consenso de las grandes naciones. Guste o no, desde 1955 comenzamos a retroceder. Se respeta al que no es y fue peronista, pero Perón nos dejó un país sobre rieles cuando se fue, guste o no.
No hay mano de obra para algunas cosechas. Casi no se consigue personal doméstico idóneo para cocinar o atender esas tareas. No se capacitó la tarea y trabajo necesario para atender las nuevas tecnologías en la mecánica y otros rubros.
Da pena escuchar y ver en algún medio, las rencillas de personas desconocidas, que nada construyen con sus peleas cuando allí se podría enseñar detalles para vivir mejor y agregar algún recurso útil dentro de nuestro predio.
La educación necesita un cambio de 180 grados (lo dice un viejo maestro recibido en una Escuela Normal, allá en el año 1960 en la localidad de Leandro N. Alem).
Nuestra realidad no se puede callar, pues que nuestros descendientes dentro de algún tiempo no digan: ¿Pero nadie o pocos dijeron algo de este problema?
Alfredo E. Halberstadt
San Vicente (Misiones)