El ser humano recibe e intercambia energía constantemente con otras personas o con el medio ambiente en donde vive o permanece varias horas. También produce información bioenergética cuando piensa o siente. Los procesos de desestabilización emocional tienden a indicar un desequilibrio energético.
El ser humano posee 7 centros principales de energía (chakras) en su cuerpo energético y tienen correspondencia con las glándulas endocrinas en su cuerpo físico. El buen funcionamiento de estos centros es vital para la salud mental, emocional y física.
Las preocupaciones, penas, etc. quedan impregnadas en estos centros y producen bloqueos que pueden derivar en dolencias físicas, emocionales o mentales. Al equilibrar o desbloquear estos centros, la armonización bioenergética lleva a concebir otra forma de plantear la vida, más vital y sana, para ir evolucionando como personas.
Si estás sintiendo una bioenergía roja (entusiasmo/excitación) y le aplicas bioenergía verde de amor, ese entusiasmo o esa excitación se verá multiplicado.El azul es la comunicación. Una persona con mucho azul es una persona que sabe adaptarse y que cae bien a los demás.
El azul es parecido al amor, pero sutilmente distinto. No es el sentimiento del amor a tu “alma gemela”, sino más bien el sentimiento de amor hacia un hermano. La bioenergía azul nace en la garganta y se extiende muy fácilmente por los brazos. El “tercer ojo” es un punto muy famoso que se sitúa en la frente, justo entre los ojos y que es el anclaje sensitivo natural de la bioenergía morada.
Esta bioenergía trabaja en el campo de la fuerza de voluntad, en nuestro libre albedrío, nuestra determinación, fuerza de voluntad y capacidad de decisión. El tercer ojo concentra todo su ser y todo su poder en su objetivo, decide alcanzarlo y persiste hasta lograr el éxito.
Este chakra es tu “tercer ojo”, situado en el medio de tu frente. La fe es la bioenergía más poderosa y es la puerta de la iluminación que activa nuestro décimo sentido. La verdadera fe es simplemente un sentimiento. No tiene nada que ver con “normas” o explicaciones lógicas.
La bioenergía violeta, la fe, es la única que puede realimentar a las demás bioenergías, nutrirlas y recomponerlas. Para lograr sanar, debemos atacar a las causas del desequilibrio llamado enfermedad desde su raíz y ésta se encuentra en nuestros cuerpos superiores y en la memoria de las células.
Allí es donde se efectúan las maniobras necesarias para limpiar, sanar y restaurar su orden. La visión holística del paciente y su comprensión amorosa permiten -en muchos casos-, arribar a la verdadera y profunda sanación. Bendiciones.