“No se atienden los problemas reales de la inmensa mayoría de los argentinos”, fue la síntesis del sacerdote, Alberto Barros, vicepresidente de Cáritas Diocesana de Posadas y párroco de la Iglesia Sagrada Familia al hablar con FM 89.3 Santa María de las Misiones sobre la crisis de poder que se desató dentro del oficialismo tras el resultado eleccionario negativo en las recientes PASO.
Y dijo: “El obispo Oscar Ojeda, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, con una frase resume el gran problema en que estamos: en la Argentina se discute poder, pero no un proyecto de país”.
“Con esto perdemos todos, si la discusión es sobre quién tiene más poder y las luchas son intestinas dentro de los espacios políticos, es decir, cuando se entretienen peleando por el poder no se atienden los problemas reales”, criticó sobre el rumbo que el Gobierno nacional le está dando al país en el marco de un grave panorama socio-económico en contexto de pospandemia.
El párroco de la Sagrada Familia, quien conoce muy bien las penurias y necesidades de los barrios pobres, por su tarea en Cáritas, reclamó que los dirigentes “no sigan distraídos de lo que realmente le está pasando a la gente”.
“Creo que estamos en un problema complejo en este momento que están demasiado entretenidos. Y mientras se entretienen con temas que nuestra gente no respalda, se están olvidando de lo que realmente le importa a esa gente, que está atravesando una profunda crisis sanitaria, económica, educativa y también una crisis moral”, insistió.
“Hemos asistido en la Argentina al vacunatorio VIP, las vacunaciones de privilegio por amistades con el poder político; hemos asistido a fiestas ilegales desde los más altos niveles del poder; cosas que se intentan tapar siempre. Entonces hay una crisis moral seria, que acompaña una crisis sanitaria enorme, que de hecho no ha estado bien manejada, si no, no tendríamos casi 120 mil personas fallecidas, con todo el dolor que eso significa”, enumeró.
“Se desconectaron”
En ese sentido, Barros fue más allá al enfatizar algunos aspectos alarmantes sobre la situación: “Hemos atravesado una crisis económica enorme con el cierre alarmante de fuentes laborales, el crecimiento de la pobreza (que afecta a) casi la mitad del país, con 6-7 chicos de cada 10 que viven en situación de pobreza, la pérdida del valor del salario y la jubilación, una inflación que golpea especialmente a los más pobres, una crisis educativa que ha mantenido lejos de la escuela durante un año y medio a los chicos, que aprendieron muy poco el año pasado, y ni que hablar de la falta de conectividad en los barrios más pobres populares, lo cual hizo que muchísimos chicos se desconectaron de la escuela”.
Barros enfatizó que “hay una frase que me parece clave, del arzobispo de La Plata (Víctor Manuel) Fernández: Lo hemos visto muy entretenido con el aborto, la marihuana y hasta la eutanasia mientras los pobres y la clase media tenían ondas angustias sin respuestas”.
Y añadió, “con semejante crisis, estar entretenidos en luchas de poder en temas que solamente importan a un grupo cercano, a quienes gobiernan, parecería que es una forma muy dura de darle la espalda a nuestro pueblo. Creo que en el fondo estas luchas de poder no dejan de ser una falta de respeto muy grave a la gran mayoría de nuestro pueblo, y especialmente a los familiares y amigos de las casi 120 mil personas que nos han dejado en esta pandemia. En vez de estar perdiendo tiempo en estas luchas de poder, creo que tendrían que bajar un poco los humos de la soberbia y empezar a mirar qué le pasa a nuestro pueblo”.
“Es un sainete”
En la charla con la radio de PRIMERA EDICIÓN, el religioso lamentó que el Gobierno no le haya dado prioridad a los graves problemas sociales que agobian al pueblo argentino, como la pobreza, la inflación y la desocupación.
“Con todo este sainete y toda esta novela de a ver quién pesa más, quién pone más gente en el gabinete, si responden a una o al otro, obviamente generan problemas de estabilidad institucional, problemas de gobernabilidad, y en el fondo también implica una profunda falta de credibilidad hacia adentro y hacia afuera, hacia la comunidad internacional: me pregunto a quién se le ocurriría venir a invertir en la Argentina cuando estamos dando un espectáculo de falta de madurez y seriedad política impresionante”.
“Creo que estamos jugando con fuego y quien sale perdiendo es el pueblo argentino. Es un momento complejo y creo que es hora de que nuestros dirigentes empiecen a mirar un poco más en serio qué le pasa a nuestro pueblo”, finalizó.