Coronda es unas de las principales zonas de producción frutillera del país. Con más de 300 hectáreas plantadas, esta localidad es la segunda productora nacional del cultivo después de Tucumán. El 80% de los productores utiliza el agua del río Coronda para el riego de frutillas.
Este río en condiciones normales mezcla aguas de la laguna Setúbal y el río Salado. Sin embargo, en las actuales condiciones de bajante de la Cuenca del Paraná, toma su principal caudal del río Salado. Como consecuencia, aumenta su salinidad y disminuye la calidad del agua que los productores utilizan para el riego del cultivo.
“La frutilla es un cultivo delicado que demanda mucha agua para crecer”, aseguró María del Huerto Sordo, especialista del INTA Monte Vera -Santa Fe-, quien expresó que históricamente el río Coronda tuvo una excelente calidad y por eso la mayor parte de las quintas están ubicadas a sus orillas.
De acuerdo con la especialista del INTA, las frutillas necesitan agua con baja conductividad eléctrica y un PH bajo. “Los valores de conductividad en los cuales la frutilla tiene los mejores rendimientos son de 0,5 a 1 Ds/cm”, indicó Sordo y agregó: “Actualmente, estamos teniendo valores que varían de 3,8 a 4,5 Ds/cm que están muy por encima de los requerimientos del cultivo”.
La concentración de sal genera graves inconvenientes en la producción, tanto en el rendimiento de las plantas como también en su deterioro y su calidad. “La reducción de rendimientos puede variar de un 40 a un 70%, con respecto al promedio histórico de años anteriores”, afirmó la especialista.