Las escuelas secundarias reabrieron este sábado sus puertas en Afganistán, pero no había ni alumnas ni profesoras ya que los talibanes solo permitieron el acceso de los varones, decisión que la Unesco denunció como “una grave violación del derecho fundamental a la educación”.
El Ministerio de Educación anunció el viernes que “todos los hombres, profesores y alumnos” de secundaria podían regresar a clase, sin hacer ninguna referencia a las maestras o alumnas. La decisión incumbe a estudiantes de entre 13 y 18 años.
Las mujeres conservan el derecho a estudiar en la universidad, pero deben cubrirse con una abaya, una túnica hasta los pies, y un hiyab o velo, y los cursos se realizan en la medida de lo posible sin mezclar hombres con mujeres, consignó la agencia de noticias AFP.
Las niñas también acuden a la escuela primaria separadas de los niños y algunas maestras siguen ejerciendo.
Desde su retorno al poder el 15 de agosto, los talibanes intentaron tranquilizar a los afganos y a la comunidad internacional asegurando que los derechos de las mujeres serían respetados.
Pero estas afirmaciones no se reflejan en las decisiones del nuevo Ejecutivo, en el que no hay ninguna mujer y se teme que ocurra la misma situación que cuando los islamistas gobernaron, entre 1996 y 2001.
En ese momento, el movimiento islamista radical llevó a cabo una política especialmente represora frente a las mujeres, a las que prohibió trabajar, estudiar, hacer deporte o andar solas en la calle.
En ese marco, la agencia de la ONU para la educación y la cultura, la Unesco, exigió este sábado la reapertura de los colegios para las niñas en Afganistán y advirtió que el cierre tiene “consecuencias irreversibles” para la mitad de la población del país.
“Si se mantuviera esta prohibición (para las chicas), constituiría una grave violación del derecho fundamental a la educación de las niñas y de las mujeres”, denunció Unesco en un comunicado.
La agencia pide que las autoridades “aclaren la situación y reabran los colegios para todos los alumnos, niños y niñas”.
La directora de la organización, Audrey Azoulay, consideró que “el futuro de Afganistán depende de la educación de las niñas y de los niños” y que “es igualmente importante que todas las profesoras puedan regresar al colegio para enseñar, proporcionando así un entorno de aprendizaje seguro e inclusivo”.
“Concretamente, si se retrasa la vuelta de las niñas en la educación secundaria se corre el riesgo de marginarlas en la educación y, con el tiempo, en la vida. Esto aumenta el riesgo de abandono total de su educación y las expone a mecanismos de adaptación negativos como el matrimonio precoz”, añadió.
Fuente: Agencia de Noticias Télam