“Haz algo hoy que tu yo futuro te agradezca”. ¿Vieron que conocemos a muchas personas que siempre están felices? Todo el día con una sonrisa, nunca les pasa nada, ni les duele nada. Pura buena onda, bailan hasta sentadas.
Y todos pensamos al toque: “no es cierto eso, algo está ocultando”. “Se ostenta lo que se carece”, “algo habrá escondido por allí”, “es un negador o negadora”, o “es un irresponsable”. ¿Quién no lo ha pensado? Todos o casi todos.
Sentirse felices es algo que aparentemente parece difícil, pero no lo es tanto. Porque sentirse feliz y ser positivo es una actitud.
Darse cuenta que todos los días nos traen nuevas oportunidades. Cada mañana es una sorpresa.
Es así. Si tuvimos un día malo no significa que al día siguiente todo seguirá igual. Seguro nos surgen nuevas oportunidades, nuevos retos o desafios, o ese problema que tenemos no resulta ser tan complejo a la luz del nuevo día. Queda en nosotros saber verlo y aprovecharlo.
Cuando todo nos parece negro y la luz tarda en aparecer seamos motores la fuente creadora de nuevas soluciones.
La vida se compone de un 10% de hechos y un 90% de acciones y reacciones y si lo pensamos es simple: si reaccionamos ante lo negativo y nos mostramos pasivos ante lo positivo, la vida se nos hace muy dura. Intentar reaccionar ante hechos y cosas positivas se hace inevitable para cambiar el punto de vista.
Dejar de lado los pensamientos negativos. Nuestra mente parece cerrada a otros pensamientos -lo sabemos-, si queremos cambiar algo y para mejor deberemos intentar que lo que pensamos y hacemos coincidan. Si esto no ocurre, todos nuestros esfuerzos serán en vano.
Así como leímos por ahí, no contar los días son hacer que los días cuenten. Cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo son muy importantes. Si no hacés que valgan la pena y dejás que pasen como el agua bajo el puente, los cambios que quieres lograr no vendrán en mucho tiempo.
Son cosas tan simples que vale la pena tenerlas en cuenta. Nadie logró tener un cambio de vida positivo sin esforzarse un poco o por lo menos, sin intentarlo. Poner toda la energía en lograrlo y no distraernos en lo que está fuera de nuestro alcance.
La autoestima es muy importante en este paso; se trata de tener amor propio, de saber que no necesitamos de la aprobación de los demás. Esto nos libera y nos llena de energía.
La autoimagen también influye, debemos aceptarnos tal cual somos, dejando atrás estereotipos tanto físicos como mentales.
Autoconcepto: siempre debemos tener un concepto positivo de nosotros; frases como “soy valioso o valiosa, soy dinámica y proactiva, soy inteligente y todo lo puedo”, ayudarán a que tengamos la mejor versión de nosotros mismos. Esto nos hace sentiros felices.
Autovalorarnos: ser conscientes que nuestros valores y principios son tan válidos como los de los demás y así mismo, respetar nuestros tiempos y lo que somos o hemos logrado. Esto nos da confianza.
Es importante darnos cuenta que cada día tenemos un rol diferente que vivir y que nuestra actividad más importante es aprender para entender, porque entender es ser libre y feliz.