Esteban, de 34 años, vive en Puerto Rico con su esposa y dos hijos: una adolescente de 16 años y un varón de 3. Hace un tiempo fue diagnosticado con Linfoma de Hodgkin no clásico, por lo que a modo de tratamiento se intentó un trasplante de médula ósea autológico, pero no respondió a la colecta de células provenientes de su propio cuerpo.
Pero en el hospital Ramón Madariaga no bajaron los brazos y, con la autorización del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) y el Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Misiones (CUCAMIS), realizaron por primera vez un trasplante a través de un donante externo, alogénico, en este caso su hermano.
El procedimiento se realizó el 13 de agosto pasado y pocos días después recibió el alta. Ahora continúa evolucionando favorablemente, según informaron desde el Hospital Escuela de Agudos.
Al respecto, Esteban manifestó: “Estoy muy contento, sabía que iba ser el primero al que le realizaban un trasplante con un donante alogénico. Cuando me dieron la oportunidad de trasplantarme en mi provincia, evitando el traslado a otro lugar, me sentí muy feliz”.
Respecto a cómo vivió toda la familia el proceso de su enfermedad, afirmó que siempre lo acompañaron y lo apoyaron. “Somos una familia grande de 9 hermanos. Durante todo el proceso de quimioterapia, siempre me apoyaron y cuando se presentó la posibilidad del segundo intento (trasplante alogénico), ya que el primero (autólogo) fue fallido, mis nueve hermanos estuvieron predispuestos a hacerse la prueba, por lo que salió compatible Jorge. Gracias a esto, se pudo hacer el trasplante, así que estoy eternamente agradecido”.
Asimismo, recordó el inicio de su patología Linfoma de Hodgkin no clásico: “Los síntomas que tuve fueron mucha fiebre, pérdida de peso, mucha sudoración. Con el trasplante, si todo va bien, sería el final de la enfermedad”.
“Cuando comencé con el tratamiento siempre estuve con ánimo. Todo fue rapidísimo, me atendieron muy bien, durante la recuperación tengo muchos cuidados”, agradeció.
Por su parte, la responsable del Servicio de Hematología y coordinadora de Trasplante de Células del mencionado centro asistencial, Haydee Bernard, explicó que “el trasplante de CPH, como tratamiento, consistió en el reemplazo de las células enfermas de la médula ósea por células madres (progenitores hematopoyéticos), en este caso de un donante sano (trasplante alogénico). El paciente continúa evolucionando favorablemente, por lo que estamos muy contentos”.