Ellos sí existen; puedes creer en ellos y hacerte su amigo si tienes el suficiente amor y respeto por la naturaleza. Inconscientemente estamos en contacto con el Reino de los Elementales a diario, pero por desconocimiento lo perdemos de vista; constantemente estamos decretando negatividad hacia el clima, hacia las aguas, hacia la tierra y el aire, formándose patrones de energías negativas hacia ellos y sus servicios, como también constantemente estamos destruyendo la naturaleza, vertiéndole basuras y químicos, con lo cual nos alejamos más de este hermoso mundo de seres maravillosos. Pero aunque no los aceptemos y no creamos que existen, no los podemos evitar, ya que sin ellos y su servicio la vida en el planeta no podría existir.
El Elemento Fuego es uno de los más influyentes de los cuatro del reino elemental que están al servicio del hombre, debido a que es una expresión física del Fuego Sagrado del cual proceden tanto la Llama Violeta como todos los otros rayos.
Una de las actividades constructivas del Fuego Sagrado en el plano físico es la purificación de la basura y de los cuerpos tanto humanos como de animales muertos mediante la incineración, lo cual permite a esas energías disueltas regresar al Sol para ser repolarizadas. El fuego constituye la vida y regeneración de la energía en todas sus manifestaciones.
El hombre se sirve de este elemento para diseñar y fabricar todo cuanto existe para su beneficio. El ser humano también utiliza el servicio de este elemento para cocinar sus alimentos, producir medicinas, cultivar la tierra y en general todo cuanto le sea de utilidad para ejercer vida.
La actividad destructiva de este elemento se debe a la mala calificación de la energía a través de los pensamientos, sentimientos y obras del ser humano hacia la naturaleza, valiéndose del mal uso de este elemento en obras negativas como destructivas que salta a la vista en los incendios de edificios y bosques provocados, así como también en el mal uso de la energía para crear armas de fuego, bombas, armas de destrucción masiva, etc.
Todo esto ha provocado que los hermosos elementales como las salamandras y sus virtudes puestas al servicio del hombre hayan sido distorsionadas y envilecidas para la destrucción del mismo hombre.