En lo que se denomina una “Lucha por la vida”, unos mil indígenas iniciaron este lunes en Brasilia una semana de movilizaciones para presionar al Congreso y la Corte Suprema ante la discusión de proyectos y casos cruciales para el futuro de sus derechos y territorios.
Con vistosos tocados de plumas y trajes típicos de cada etnia, varios grupos instalaron sus tiendas del campamento en la zona central de la capital, donde realizarán hasta el domingo “actos contra la agenda anti-indígena” del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, organizados por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
Los indígenas rechazan una serie de proyectos de ley del Ejecutivo que avanzan en el Congreso Nacional y son vistos como amenazas para su supervivencia y la protección del medioambiente.
Entre ellos, figura una nueva legislación que pretende adoptar el criterio de “marco temporal” para la demarcación de las tierras indígenas, reconociendo como tierras ancestrales solo aquellas que estaban ocupadas por ellos cuando se promulgó la Constitución de 1988.
La corte suprema retomó esta semana la deliberación sobre este asunto, considerado por los indígenas como “el proceso más importante del siglo”. Desde que Bolsonaro llegó al poder, en 2019, los indígenas multiplicaron sus denuncias sobre invasiones a sus tierras, violencia y otras violaciones a sus derechos.
En junio pasado, cuando el proyecto sobre el “marco temporal” fue aprobado en una comisión de Diputados, cientos de indígenas que se manifestaban frente al Congreso chocaron con la policía, con un saldo de tres indígenas heridos y tres agentes de seguridad alcanzados con flechas.
De momento, el clima en el campamento era pacífico, según constató este lunes una periodista de la AFP.
Bolsonaro también defiende un proyecto de ley para autorizar la minería y otras actividades extractivas en las reservas indígenas, la mayoría de las cuales se hallan en alguno de los nueve estados brasileños con territorios amazónicos, vitales para la preservación del medioambiente.
También avanzan en el Congreso otras propuestas para facilitar la regularización de tierras públicas ocupadas ilegalmente en Brasil, lo que según ambientalistas y otros críticos estimulará todavía más la invasión de tierras, hecha históricamente por madereros y mineros ilegales, las explotaciones agropecuarias, y la deforestación de la Amazonia.
A la espera de un fallo histórico
El Supremo Tribunal Federal (STF), la corte suprema, inició ayer la votación sobre el marco temporal, un pedido para que los indígenas apenas puedan reivindicar demarcación de tierras ocupadas antes de la Constitución de 1988.
Esta agenda de reducir el espacio temporal para reivindicar tierras ancestrales es una de las banderas del presidente Jair Bolsonaro, que, en cambio, promueve una ley para legalizar la minería y agronegocio dentro de las tierras indígenas.
En este caso, la Corte debe resolver un fallo de un tribunal de apelaciones sobre un territorio del estado de Santa Catarina reivindicado por los pueblos xokleng, guaraní y kaingang.
Una estatua del conquistador Pedro Alvares Cabral, el portugués que “descubrió” Brasil en 1500 en lo que actualmente es Porto Seguro, Bahía, fue incendiada durante la mañana de ayer en Río de Janeiro como parte de los reclamos por el fallo.
Fuente: Agencias de Noticias y Medios Digitales