“Es momento de quiebre. O crecemos o nos quedamos conformes con la comparación con 2019, cuando las fábricas cerraban y veníamos de una crisis recesiva histórica. Hoy el panorama es muy diferente porque las políticas del Gobierno marcan un sendero de industrialización claro, pero hay que revisar estas situaciones que terminan siendo errores no forzados en contra del propio modelo de producción y generación de riqueza vía valor agregado”.
Contundente, el presidente de Industriales PyMEs Argentinos (IPA), Daniel Rosato, cuestionó el desmesurado aumento de luz para las empresas del sector que recibieron facturas con subas del 100% durante los últimos seis meses, incrementos que indefectiblemente provocarán pérdida de rentabilidad y retracción de inversiones.
En un contexto recesivo como el que vive Argentina desde hace más de tres años, la falta de rentabilidad conlleva un impacto directo en el desarrollo de la actividad económica.
En lo inmediato se verá recortada la posibilidad de crecer por encima de la variable apertura y mayor consumo luego de los cierres por pandemia. En el mediano plazo el problema afectará al empleo y a largo plazo se decretaría el cese de una usina de producción y desarrollo.
Bajo este panorama es necesario que las autoridades del sector energético amplíen el debate con los clientes del sistema mayorista teniendo en cuenta que en su gran mayoría se trata de PyME.