¿Quiénes son la Generación de Cristal? La filósofa Montserrat Nebrera se apropió del término para identificar a los hijos de la Generación X, trabajadora y luchadora, que vivió en época de carencia. Así que denominó de cristal a los que nacieron después del año 2000 bajo el soporte de sus padres.
Cada década o quindenio, la sociedad se caracteriza por tener cierto tipo de comportamiento e ideales. Por ejemplo, en los ’70, la forma de vestir, de pensar y la perspectiva común era a través de la moda Hippie: música alegre, consumo de sustancias relajantes y el famoso lema «Haz el amor, no la guerra».
A esta generación se le conoció como la “Generación X”. Algo similar sucedió en los ’80 con el auge del rock y el nacimiento de la “Generación Y”, los ’90 conocidos como “Millennials” y los 2000 como “Generación Z”. Sin embargo con estas dos últimas surgen ciertos problemas, pues gracias a las constantes quejas y rechazos por parte de estas personas a diversos temas que eran comunes en anteriores generaciones, se les ha denominado como “Generación Cristal”.
Nebrera relacionó a estos hijos con el cristal debido a la dualidad, transparencia, fragilidad emocional que caracteriza su personalidad y comportamiento y abarca a las personas nacidas entre los años 1990 y 2005.
El boom de la crianza respetuosa o crianza con apego es en parte responsable de los síntomas de esta generación. Y es que en el afán de crear vínculos con sus hijos y asumir una actitud paternalista caen en el extremo de ofrecerlos todo bajo el pretexto de brindarles calidad de vida. Es obvio que también la tecnología y las presiones sociales aceleran los cambios en la juventud llevándolos a establecer algunas actitudes notables.
Podemos ver en las redes sociales y en el aumento de jóvenes “influencers” que comparten ciertas características:
• Muestra fragilidad de carácter por la sobreprotección que ha tenido.
• Carece de tolerancia ante la crítica.
• Se frustra rápidamente (se rompe cuando algo no sale como quiere). Es inestable emocionalmente.
• Sufre de inseguridad.
• Tiene adicción a la tecnología y grandes habilidades audiovisuales.
• esconoce la importancia de los libros y no tiene interés en la cultura.
• Tiene noción del tiempo como algo efímero, es decir, de muy corta duración.
• Necesita ser reconocido y suele presentar baja autoestima.
• Es sensible a situaciones cotidianas.
• Tiene tendencia al sufrimiento.
• Se victimiza frecuentemente.
Estas cualidades hacen que a estos jóvenes les interese tomar roles como activistas en causas globales que creen propias, reaccionan ante lo que consideran injusticias y son más propensos a exponer sus ideas, sentimientos y padecimientos. Y es la tecnología y, particularmente, las redes sociales el punto de apoyo para exponerse y hacerse escuchar. (Ya les hablaré más porque viene lo bueno de estos chicos).