
Los delitos rurales continúan generando víctimas en diferentes puntos del territorio provincial. Como resultado, diversas actividades, principalmente la producción de ganado, yerba y cítricos, son afectadas con importantes pérdidas, dentro de un contexto de por sí complicado por la crisis económica. Así, los productores, el eslabón que más siente el impacto, piden medidas más drásticas para detener los hechos delictivos.
PRIMERA EDICIÓN consultó a referentes de diversas actividades para conocer la realidad que atraviesan en las chacras con los delitos rurales.
“El daño es gigantesco”
Hugo César Berg, presidente de la Asociación Ganadera de la Zona Centro, comentó que “la problemática de los delitos rurales sigue igual. La presencia policial es a medias, siguen los abigeatos y los robos de hoja de yerba. La cuestión va a ir empeorando a medida que la crisis se profundice. Si bien el animal tiene un valor interesante hoy, para el ganadero está muy complicada la situación”.
Al mismo tiempo opinó que en la búsqueda de soluciones “se tendrían que tomar medidas más drásticas en este sentido, debería haber respuestas más eficientes porque estamos viendo que mucha gente se queja porque las medidas aparecen solamente a medias”.
A modo de ejemplo, contó que “en el caso del abigeato, por ejemplo, cuando se carnea una vaca son no menos de $25.000 o $30.000. Hoy un kilo de ternero está alrededor de 180 pesos, puede tener unos 100 kilos el ternero y ahí se van cerca de $18.000. Si ese ternero llega a 200 kilos, entonces con el robo se pierden unos $36.000. Es mucha plata para un pequeño productor que básicamente vive de la ganadería”.
“Si un productor tiene unos 10 terneros de buen peso, y le roban 5, pierde cerca de $180.000, y eso es algo con lo que podría vivir muchos meses, o podría usar ese dinero para comprar alimentos para sus animales”, completó.
A raíz de esto, consideró que “el daño es gigantesco, sobre todo para el pequeño productor. Pero para el productor grande también se produce un golpe muy importante porque en estos niveles de valores que se manejan hoy con los animales, que se lleven 5 o 10 terneros es una cantidad importante de plata que pierde el productor y que podría invertir en cualquier otra cosa”.
“Eso desalienta, por eso se ven muchas chacras en venta, mucha gente que se va a otro lugar. La producción se ve muy afectada, básicamente porque el productor chico y mediano vive al día con sus cosas”, sentenció.
“Seguimos con miedo”
Por su parte, Cristian Klingbeil, de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), remarcó que “no nos sentimos más seguros, no se ve más presencia policial ni nada por el estilo. Seguimos con el mismo miedo todo el tiempo, atentos y cuidando todo permanentemente”.
“Por ahí se calma un poco cuando se hacen los operativos de alto impacto pero apenas los policías se van a otro municipio todo vuelve a la triste normalidad. Los robos siguen latentes, en la Zona Centro se escucha todo el tiempo sobre situaciones de delitos”, apuntó.
Además, recordó que “en Alem hace poco lograron detener a una banda que, se presume, robaron muchas veces a un mismo productor, carneando a sus animales. Lamentablemente es algo que continúa y no podemos contar con mucha tranquilidad en las chacras”.
“No vemos refuerzos en los destacamentos y comisarías rurales, ni con personal ni movilidad. A veces aparecen unas motos que dan vueltas un par de días, pero después no se las ve más. No es por criticar a la Policía porque sabemos que hacen lo que pueden, es la cantidad de gente con la que cuentan y los móviles que tienen. Más que eso no pueden hacer”, se lamentó.
Por ello, el integrante de APAM, cuestionó que “lo que se ve en un par de casos es que la Policía actúa, detiene a los delincuentes en el momento de los robos, pero no pasan más de dos semanas y vuelven a estar todos libres. Eso es algo que se necesita modificar con urgencia, que el Estado en sus tres poderes funcione mejor con el tema de los delitos rurales”.
“La Justicia tiene que hacer cumplir las leyes, si hace falta los diputados deben modificar lo que sea necesario, y el Gobierno provincial reforzar la seguridad. Son tres puntos que se deben trabajar, porque el parche con presencia policial temporaria o que agarren a los delincuentes para que a los días estén sueltos, es algo que nos deja sin salida y no nos brinda soluciones concretas”, completó.
A su vez, Martín Dellien, presidente de la Asociación Casa de la Familia Yerbatera de San Pedro, sostuvo que “ahora no hay tanto ruido como antes. Si bien se escucha sobre algún caso de robo de yerba porque es algo que siempre existió, pero realmente no se está dando como antes que era algo de todos los días”.
“Lo que sí aumentó de forma considerable en San Pedro es el delito dentro del pueblo, es algo que se siente presente lastimosamente de una forma que no se veía antes. Da mucha tristeza ver que San Pedro camina hacia eso. Pero el delito rural bajó un poco”, manifestó.

Abandonan las quintas
Jorge Krausseman, de la Asociación de Citricultores del Alto Paraná, comentó que “en el caso de las frutas es muy complicado. En las quintas de mandarinas que están cerca de los pueblos o las ciudades no queda nada, se roban todo. Inclusive el limón llevan para revender, al menudeo van llevando de a poco. Pasa lo mismo con la naranja. Lo único que se salva un poco es el pomelo que no se consume tanto”.
Detalló que “a las quintas que están lejos de los pueblos, van con camionetas para robar y revender. No queda otra que poner custodia”. Como resultado, “uno de los grandes motivos que provoca el abandono de quintas es por el robo. También está el problema de la falta de mano de obra para cosechar y el costo de los insumos que aumentan y se vuelven caros, pero el robo es algo muy serio”, indicó.
Finalmente dijo que “para salvarse un poco, una quinta tiene que estar bien cercada, bien custodiada, y cuando la fruta está a punto hay que poner serenos, gente que cuide la quinta. A ese punto llegamos lamentablemente”.
Recuperaron cosecha de cítricos
El lunes pasado, en cercanías a una chacra en Colonia Mado, el personal de la División Investigaciones de la Unidad Regional III recuperó 10 bolsas repletas de naranjas que fueron sustraídas de una propiedad privada. Por el hecho, fue atrapada una persona de 17 años.
Previamente, uno de los cuidadores de la chacra había avisado a la comisaría jurisdiccional que dos jóvenes estaban sustrayendo naranjas en varias bolsas. Una comisión fue hasta el lugar y sorprendió a los sospechosos, siendo detenido uno de ellos. Además, se incautaron 10 bolsas con las frutas.