
Tomás Motta tiene todo listo para competir: esta tarde, desde las 16 y a través de Zoom, participará del Open de Parapowerlifting “Vitalino Brandoli”, organizado por la Federación Argentina de Deportes Sobre silla de Ruedas (FADESIR) y en el que su objetivo es levantar 110 kilos.
La competencia se llevará a cabo en el CeNARD, pero a causa de las restricciones por la pandemia de coronavirus, se permite a los deportistas del interior sumarse de manera virtual. Es el caso de este posadeño de 42 años que trasmitirá desde Nitrox Gym, el gimnasio donde entrena junto a Raúl Aguirre, su profesor.
Tomás vive hace más de 25 años sobre una silla de ruedas, pero eso no es un impedimento: además de powerlifting, juega al básquet adaptado, hace canotaje y también corre maratones, todo sobre la silla de ruedas. “La idea es demostrarle a las personas que dicen que es imposible, que sí se puede”, dijo en una charla con EL DEPOR en la que contó sobre su vida, sus pasiones y todo lo que el deporte significa para él.
Tomás, se viene el Open de Parapowerlifting, ¿cómo estuvo la preparación?
Venimos entrenando a full desde hace tres meses, con mi entrenador Raúl Aguirre. Este Open debería haber salido en 2020 pero se suspendió por la pandemia. Yo igual seguí entrenando porque tengo un gimnasio en mi casa que lo uso cuando no puedo ir a entrenar. Hace dos semanas me enviaron la invitación para competir y el objetivo es levantar 110 kg, en la semana entré a tirar 110 bien y salió bien el tiro. Esta última semana estuve entrenando liviano para cuidarme.
¿Cómo llegás al powerlifting?
En 2016 empecé a prepararme para competir. Ese año lo conocí a Diego Ramírez, campeón de Powerlifting, y empecé a entrenar con él. Mi primer torneo fue en junio de 2017, en el Instituto del Deporte y salí segundo. Seguí compitiendo y ese mismo año me fui a Iguazú y allá fue la primera vez que gané. Desde entonces le gané a todos los convencionales con los que me enfrenté en mi categoría que es banco plano. También tuve la oportunidad de participar en un torneo nacional que se hizo en el club Estudiantes de La Plata y quedé primero. Fui ganando todos los torneos que jugué acá en Misiones, Corrientes, Chaco y siempre compitiendo contra los convencionales, porque en powerlifting no hay categoría adaptada.
¿Entonces esta es la primera vez que competís en parapowerlifting?
Es la segunda vez que compito en una clínica de powerlifting, pero que es adaptado. Es en el CeNARD pero a los que somos del interior nos dan la oportunidad de competir por Zoom, entonces lo vamos a hacer desde el gimnasio con mi entrenador. Son tres intentos, yo estaría tirando 100, 105 y 110 kilos en banco plano. Estoy levantando más que mi peso, porque estoy pesando 98 kilos.
Igual, powerlifting no es el único deporte que hacés…
No, toda mi vida hice deportes. Soy uno de los creadores del básquet adaptado acá en la provincia, empezamos en 2015. Y desde chiquito que hago pesa. Hasta que quedé en silla de ruedas a los 17 como una secuela de la poliomielitis. Primero me agarró a los seis, me recuperé y me agarró de nuevo a los 17. De ahí que vengo en silla de ruedas. Entonces empecé a competir de grande, también hago canotaje y maratón en silla de ruedas. En canotaje en este momento no estamos entrenando, porque lo hacía con la escuela de la Municipalidad, con el profesor Sergio Villalba, pero está todo parado por la pandemia. La maratón corría con la silla que uso para jugar al básquet y corrí 5 y 10 kilómetros. Ahora estoy esperando una silla especial que se llama Hand By, que tiene pedal a mano y mi objetivo es correr 110 kilómetros en una competencia que se hace en el Sur. Yo quiero representar a Misiones. La idea es siempre seguir haciendo deportes y demostrarle a las personas que dicen que es imposible, que sí se puede.
La silla de ruedas no fue nunca un impedimento entonces…
No, nunca me impidió hacer nada. Tuve la suerte de entrenar de chico, y siempre tuve mucha fuerza de voluntad. Estuve mucho tiempo en Buenos Aires haciendo rehabilitación para las piernas y, de paso, hacía deportes. Fue allá que empecé con el básquet adaptado, en el año 2000.

¿Después lo trajiste a Misiones?
Sí, en 2004 intentamos armar el equipo en Posadas pero no nos dieron mucha cabida y lo dejamos. Hasta que en 2015 nació la propuesta con unos amigos y arrancamos en el Finito Gehrmann. Éramos la última provincia de la Argentina en armar un equipo de básquet en silla de ruedas y ya hace seis años que estamos.
Ahora se mudaron a Luz y Fuerza…
Sí, estuvimos tres años en el Gehrmann, después nos llevaron al polideportivo de Itaembé Miní. Hasta el año pasado, cuando nos sumamos a Luz y Fuerza. Pasa que todos queríamos entrenar, estábamos cansados de estar encerrados. Y hacer deportes es una gran terapia, te desahoga. Hablamos con Carlos Castro para que sea nuestro entrenador y aceptó, ahora trabajamos con él.
¿Llegaron a competir?
Sí, estamos en tercera división de básquet a nivel nacional representando a la provincia. Fuimos a Buenos Aires, también a Santiago del Estero… y en Misiones hicimos varias exhibiciones. Fuimos a Eldorado, hace poco fuimos a Oberá a jugar con OTC, con Tokio hemos jugado varias veces, y con el Itapúa también. Cuando vamos afuera competimos en esa tercera división porque en Misiones no hay otra escuela o un equipo de básquet. Somos los únicos.
¿Cuál de todos los deportes que practicás te gusta más?
Los llevo en el corazón a todos. Todos los deportes que hice los agarré como parte de mi vida, van conmigo. Es como que yo fui hecho para estos deportes, le encontré la vuelta y acá sigo.
¿Qué es el deporte para vos?
Cuando empecé a practicar para competir yo venía de muchos bajones, de salud, de vida y de todo y esto me ayudó mucho a salir del pozo en el que estaba. Pasé por un montón de cosas que me sirvieron como escuela. En el deporte conocí gente, amistades importantes que en mi vida pensaba que iba a conocer. Le doy gracias a mis amigos, familia, mi novia, que siempre está apoyando en ésta, a mi hija de 14 años. Siempre me hacen el aguante en todo lo que me proponga.