Vemos en el átomo cómo se mueven e interactúan las masas según las distintas cargas energéticas (+, – o neutra) dentro de un campo magnético por ellas creado.
De igual forma el Universo se mueve armónicamente en un orden perfecto; la masa de los cuerpos celestes ejercen su acción y reacción entre sí y lógicamente dichas fuerzas también actúan sobre el ser humano inserto en él, quien a su vez es un micro Cosmos, donde su campo magnético se verá afectado por los campos de los otros, la influencia de los astros y por las millares de energías existentes a su alrededor afectándolo psíquica y físicamente.
De ahí que se catalogue a una persona como positiva o negativa. La primera es aquella que ha trabajado consigo misma para elevar su frecuencia y es normal que durante este proceso algunas personas se sientan atraídas por las de frecuencias similares mientras que otras se distancien, siendo el Amor la frecuencia o vibración más elevada que hace que todo se mueva armónicamente.
Pitágoras dijo, 400 años a.C., que la salud, la virtud, lo bueno, lo bello y aún Dios, consistían en la armonía, que la armonía era el alma del mundo ya que Dios es el orden, la armonía por lo que existe y se conserva el Universo.
Hoy la ciencia ve a las partículas elementales como vibraciones de minúsculas cuerdas consideradas entidades geométricas basadas en simetrías matemáticas, llegando a la visión pitagórica del Universo que se refería a él como la Música de las Esferas, coincidiendo con lo que he tratado de explicar en escritos anteriores, de como el Universo se crea entre plantillas numéricas y geometría sagrada.
Para ayudarnos en nuestra ascensión a la 5D, nuestro trabajo de elevar nuestras frecuencias, contamos con herramientas que voy entregando para que ustedes investiguen y hoy, sabiendo que la música (o frecuencia) es matemática mencionaré los Códigos Sagrados Numéricos de Agesta y los de Grabovoi.
Éstos deben repetirse 45 veces para que su vibración llegue a los planos sutiles, escribirlos en la botella de agua para programarla o en la zona del cuerpo que tenga una dolencia, etc.