Las tendencias son un reflejo de los cambios sociales y culturales de nuestra sociedad.
Cuando las ideas son compartidas por un colectivo de personas, las mismas se ven reflejadas en múltiples disciplinas.
Los diseñadores de indumentaria conocen de antemano, que las corrientes de pensamientos provocan una reacción en la forma de vestir.
Este año marcas reconocidas como Balmain y Versacce, se inspiraron propuestas de prendas que se arriesgan en cuanto a colores y formas, dejando entrever que no existe un límite claro entre lo femenino y lo masculino sino todo lo contrario.
La moda unisex, el estilo andrógino y la inclusión se ven reflejados en las últimas colecciones de grandes firmas referentes del mercado de la moda.
Los tonos como el fucsia, verde, azul y tintes pasteles son los elegidos para llevar a la calle tanto en prendas de mujeres como de hombre.
La sastrería como rubro unificador y democrático de esta tendencia, ofrece propuestas innovadoras y las piezas podrían ser vestidas por cualquier persona. De esto se trata el nuevo estilo, que las prendas se vuelvan unisex, dando la idea de igualdad e inclusión.
El jean también se suma a esta corriente, ofreciendo cortes holgados, desgastados y con roturas, generando una apuesta fuerte por un estilo descontracturado y cómodo. El oversize llegó para quedarse, las prendas sueltas están en el podio de las elegidas y son bien recibidas por un público creciente.
Este estilo va ganando adeptos y son cada vez más consumidores quienes eligen con libertad qué ponerse, lejos de la crítica, el estilo unisex se convirtió en una opción prometedora y con un futuro cada vez más inclusivo.