Ingrid Pettersson (30) es una artista plástica misionera que deslumbra a los correntinos con murales callejeros. La joven emigró a la vecina provincia por razones laborales y allí pudo poner en práctica sus dotes de muralista. “Me gustaría dedicarme al muralismo que es lo que más me gusta, poder hacer sólo eso. Creo que se me va a ir dando de a poco, metiéndole ficha, lo veo muy posible porque hay buena aceptación”, manifestó quien es autodidacta, comenzó a pintar cuadros a los 22 años y participó de varias exposiciones en Misiones y ahora lo hace en Corrientes. También participa de concursos con pintores de renombre.
Hace siete años tuvo que emigrar a Corrientes por trabajo. Una vez que se radicó en forma definitiva, retomó su afición por la pintura. Cuando estaba en Misiones ya se dedicaba a pintar cuadros y participó en varias exposiciones de artistas emergentes. Su estilo artístico es el “surrealismo”. “Hago surrealismo, es el único estilo que trabajo. Es en el que mejor me desenvuelvo. Tanto en cuadros como en muralismo. Cuadros hago sólo ha pedido”, manifestó.
Cuando Pettersson terminó sus estudios secundarios buscó seguir una carrera universitaria, pero quedó en el intento. Al mismo tiempo descubrió que su pasión era ser artista plástica, y se dedicó a la pintura. Comenzó a hacer cuadros al óleo. Así inició una carrera que la llevó a hacer exposiciones. “En el año 2018 me presenté en una exposición para artistas misioneros emergentes que se llamó ‘Impronta Misionera’. Allí expuse con otros artistas. En el año 2020 volví a participar en la Feria de Artes en el Parque del Conocimiento. Y me fue muy bien”.
Una vez que dejó la universidad se dedicó a trabajar en el rubro turístico. Hace siete años, cuando terminaba la temporada turística en Misiones, tuvo la oportunidad de emigrar a Corrientes para seguir trabajando. Allí se encuentra actualmente. Llevó consigo los dotes de pintora, sus pinceles y acuarelas. Su pasión por la pintura se fue acrecentando y encontró en el muralismo una nueva alternativa. Siempre con el estilo “surrealista” que es en el que se siente más cómoda. Para la concreción de murales en la vía pública, muchas veces la joven se junta con otros artistas para concretar la tarea.
“Que son los murales autogestión. Vemos una pared, nos acercamos al vecino y le pedimos permiso para pintar, le damos una idea y si al vecino le gusta, la pintamos. Elegir una pared dejada y le damos vida a una pared que no tiene nada de visión. El estilo que hago es surrealista, que no tiene una comprensión visible al ciudadano, puede tener muchas interpretaciones. Más allá de lo que yo haya querido plasmar en el momento de hacer el diseño. Lo importante es que la persona que lo ve sienta una impresión positiva y que le dé lugar a su imaginación”.
“La semana pasada participé en la Feria de Arte Contemporánea de Corrientes. En la localidad de Bella Vista también participé en un concurso de muralismo y entre muchos artistas quedamos diez. No pude quedar entre los cinco finalistas porque los votos eran por redes sociales y en eso quedaron los que más mueven las redes sociales. Quedé muy contenta porque me encontré con mucha gente de todos lados del país y me sirvió como experiencia poder participar con artistas de ese nivel. La verdad una experiencia maravillosa”.
“Tuve un proyecto mucho más grande con otro muralista de acá que es Walter Pato, muy reconocido. Hicimos un mural en la costanera de Corrientes de manera autogestora, en un tramo de 73 metros y quedó muy bueno. Me dio mucho empuje trabajar con él y mucho aprendizaje”, acotó.
Los trabajos que hacen en las calles generan espacios de identidad del barrio y la gente responde muy bien. “En los espacios públicos son autogestión y los gastos son cubiertos por nosotros, los muralistas. Al estar en el barrio para hacer un mural se genera una convivencia con la misma gente. No son trabajos que se hacen en un día, llevan muchas jornadas de dedicación y se arma una convivencia. Terminan contando su historia, preguntan lo que significa el mural y son quienes lo cuidan una vez que esté terminado”.
Practicar, dibujar, pintar
La misionera comentó cómo comenzó a dedicarse a la pintura. “Empecé a pintar a los 22 años. Dejé de estudiar y me interesó pintar. Comencé en forma autodidacta a practicar, a dibujar y a pintar. No tengo un don, sino que es una forma de expresar mis sentimientos. Así como yo lo hago cualquiera puede hacerlo, es práctica, dedicación y mucha pasión para hacer una pintura. Por más que yo haya estudiado en forma estructurada, siempre presté mucha atención a través de la observación, o por Internet y así busco y aprendo de otras personas que hagan lo que me interese y voy aprendiendo”.
Como artista plástica comenzó pintando cuadros, hasta que ahora encontró su pasión por los murales. Sin embargo, hace cuadros a pedidos siempre que sea dentro de su estilo. “Hago cuadros a pedido y los vendo, depende de lo que me pidan dentro del estilo que pinto. Por ahora sólo hago surrealismo. Los murales estoy haciendo permanentemente callejeros o a pedidos como escuelas, bares, casas particulares. Trabajo sola y también con otros muralistas de acá que me piden”.
Las experiencias de sus trabajos callejeros la gratifican. “Siempre, cuando uno está pintando, ve la reacción de la gente. Se acercan y preguntan qué es lo que estamos pintando y qué significa. A medida que va tomando forma, la gente se va asombrando de cómo va cambiando la pared. Es algo muy lindo. Cuando uno termina, la gente se acerca y felicita por el trabajo que se hizo y agradece. Colaboran de distintas maneras. Muchos que se emocionan al ver los murales. Cuando uno está terminando el trabajo se ven las emociones de la gente. Nunca tuve una recepción mala de un mural que hice y eso me lleva a seguir trabajando en murales. Luego de un tiempo uno pasa y ve que la gente se toma foto con el mural, te etiqueta en las redes sociales, y te felicita, eso es muy gratificante”.