La huerta familiar en la temporada otoñal presenta particularidades que se deben tener en cuenta para su mantenimiento.
La alimentación del suelo es conveniente que se realice solamente con compost elaborado con cortes de pasto y otros subproductos orgánicos del mismo establecimiento. Se puede colocar un tablón cultivado con rúcula para demostrar la calidad del terreno.
La receta: continuas y regulares incorporaciones de compost en cada cantero.
Buen suelo
Es uno de los puntos de partida fundamentales, entre otros, para el éxito de cualquier propuesta agronómica y hortícola. El suelo ideal debe ser oscuro, tan liviano y esponjoso como dócil para su laboreo, muy aireado y húmedo al mismo tiempo, sin llegar a embarrarse. La pala de mano penetra sin esfuerzo y las malezas, si las hay, salen tirando con los dedos.
En esta época se puede pasar el escardillo carpiendo entre las mínimas plantas de lechuga, al mismo tiempo que se hace el desmalezado temprano para ventilar el suelo. Luego se arrima una cantidad de tierra a la base de las lechugas, cuidando de no hacer el mínimo daño a las frágiles plantas con la herramienta o el calzado.
En cuanto a la sanidad, las hormigas podadoras suelen ser una amenaza constante, por ello es necesario realizar un control permanente. La mayoría de los insectos poseen un sentido del olfato muy desarrollado y, por lo tanto, su presencia puede evitarse con plantas olorosas como el romero.
Una huerta que no requiere agroquímicos incorpora un valor agregado a la calidad de vida.
Preparación
Es una de las tareas de mayor importancia durante esta época del año. Los canteros preparados anticipadamente, denominados “en barbecho”, rendirán más debido a que en este período los suelos acumulan humedad, nutrientes, se oxigenan y también mejoran sus aspectos físicos como el desterronamiento.
Existen diversas posibilidades para trabajar eficientemente el suelo. Puede procederse de la siguiente
manera: en uno de los extremos del tablón se hace un surco de punta a punta con las medidas del ancho y la profundidad de la pala de puntear. Este material removido se coloca en el extremo opuesto del tablón. El primer
surco se tapa con la tierra obtenida del segundo y así se trabajan sucesivamente los restantes hasta llegar al extremo opuesto del tablón.
El último surco se tapa con el suelo acopiado del primero y con ello el cantero queda nivelado como antes del laboreo, evitando encharcamientos.
Media sombra
Una opción es la presencia del cerco perimetral de alambre tejido y su portón que previene el ingreso de animales domésticos y también silvestres, así como una estructura de madera que sostiene eventualmente el
tejido media sombra, como manera de lograr un espacio reparado de las heladas invernales.
Poder germinativo
Debe ponerse atención a la calidad y estado de conservación de las semillas empleadas. Es importante controlar la fecha de vencimiento de los sobres, pues el poder germinativo disminuye con el tiempo.
Existe, sin embargo, una tendencia en las modernas huertas ecológicas a mezclar hortalizas diferentes, con el objetivo adicional de desorientar a las plagas y enfermedades cuyos huéspedes se dispersarían.
Rastrillado
En la preparación de los canteros (o tablones), el uso del rastrillo tradicional pasado en diferentes direcciones complementarias suele hacerse luego del punteado. Además de mejorar la deseada nivelación, el rastrillo permite un deseable desterronamiento prácticamente total.
Siembras
Contar con un invernáculo, calefaccionado o no, permite la siembra de las más diversas hortalizas en este momento del año, siempre y cuando se pueda continuar el cultivo en ambientes suficientemente protegidos que garanticen temperaturas primaverales y, por supuesto, libres de heladas.
Con las siembras bajo vidrio es posible lograr las primicias o cosechas anticipadas en relación con los cultivos habituales del lugar.
En algunas huertas, además, la colocación de una capa de pasto seco, llamada “mulch” o estrato protector, también suma recursos utilizables para una posible horticultura doméstica con un mantenimiento más importante.
Qué sembrar en junio
La huerta de invierno también ofrece posibilidades para los amantes de los espacios verdes. Una serie de tareas pueden llevarse adelante en esta época, para que cuando llegue la primavera la producción sea más abundante.
Entre las variedades que se pueden cultivar se encuentran las verduras de hoja como espinaca, acelga, distintas variedades de lechugas y también rúcula. Otra de las vedettes invernales son las zanahorias. También las chauchas y arvejas.
Fuente: Super Campo