
La “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” se denominó la última convocatoria para proyectos de investigación organizado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
Al respecto el secretario general de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Misiones, Pedro Zapata, detalló que “fueron cinco los proyectos financiados para Misiones, de los cuales cuatro son de la UNaM y uno es del INTA. Son proyectos muy importantes enfocados en el tema agua, alimentos con frutas tropicales producidas en Misiones, otro es de pequeños productores agropecuaria. Todas las investigaciones son todos de interés regional”.
Además, “estamos con un proyecto llamado Procer, una iniciativa del Ministerio de la Producción de la Subsecretaría de Pequeñas y Medianas Empresas de Nación, con un financiamiento para el desarrollo de la industria. En ello, tenemos al sector almidonero para monitoreo y asistencia en ODS, para un bajo impacto ambiental”, agregó.
Las investigaciones
Entre algunos de los proyectos seleccionados de Ciencia y Tecnología contra el Hambre, la investigadora Corina Feltan explicó a este Diario que “hubo dos convocatorias, una para proveer agua segura con la más alta tecnología, otra sobre alimentos y cada grupo elegía dónde sería la presentación de su proyecto. En nuestro caso, presentamos un trabajo interdisciplinario junto con tres nodos, Misiones, Córdoba y Buenos Aires”.
Con un equipo con 18 investigadores, entre ingenieros, agrónomos, trabajadores sociales, comunicadores sociales, antropólogos, lo que se busca es un trabajo interdisciplinar. De esta manera también buscarán que las comunidades puedan tener una apropiación de la tecnología.
Sobre esto, precisó que “el proyecto se denomina democratización de acceso al agua segura mediante membranas híbridas nano estructuradas. Con esto, no hablamos de agua potable sino de segura, porque queremos saber qué agua estamos tomando. Para la experiencia piloto en Misiones pensamos en localidades con población rural vulnerable”.
Feltan aclaró que “está pensando para ser utilizado en todo el país, ya que se incorporarán agentes que puedan remediar la presencia de arsénico, glifosato. Es un proyecto ambicioso, de profesionales que ya veníamos trabajando en el área, pero que no teníamos un financiamiento”.
Por su parte, Andrea Acosta señaló sobre el proyecto del que forma parte que “fue presentado a través del INTI en conjunto con el INTA y una cooperativa del Paraje Cabureí, cerca de Andresito. Esta cooperativa trabaja hace años en el valor agregado de la mandioca, vendían a los hoteles, pero tuvieron que dejar de hacerlo porque no encuentran la estabilidad para mantener fresco en el producto”.
En la propuesta, “decidimos unirnos con Buenos Aires para potenciar el consumo de la mandioca por todos los beneficios nutricionales que trae y porque es un producto con alto contenido en fibra. Es una manera de hacer conocer este producto regional y misionero para llegar a una calidad en fresco, con una modificación en su conservación, para ver cómo llegan estos productos hasta Buenos Aires”, añadió.
Acosta indicó que “en la parte genética, la haremos desde el INTA, con el trabajo en cinco variedades que son materia prima de consumo familiar y probaremos la calidad nutricional de ellas para ver una sensibilización y entra de productos en otras zonas”.