El 13 de mayo de 1917, tres niños aseguraron que la Virgen María les habló en Cova da Iria, una zona de pastos, cerca de sus hogares. En 2017 el papa Francisco llegó a Fátima (Portugal), donde celebró la misa de canonización de dos de los pastorcitos a los que se les habría aparecido la Virgen un siglo antes.
Los hermanos Francisco y Jacinta Martos fueron los primeros menores de edad en ser canonizados por la Iglesia católica, pero todavía se estudia la canonización de la otra niña, su prima, Lucía de Jesús dos Santos, fallecida en 2005.
La historia recorrió el mundo pues los niños aseguraban que la Virgen se les apareció como “una mujer vestida de blanco con un rosario en la mano”.
Según el relato de Lucía, una “Blanca Señora” les dijo: “No tengan miedo, yo no les hago daño”. Fue la propia Lucía la que preguntó a la visión “¿De dónde eres?”, a lo que la Virgen respondió: “Soy del Cielo”.
Los dos hermanitos Francisco y Jacinta fueron beatificados el 13 de mayo del 2000, después de que se reconociese la curación “milagrosa” de la portuguesa María Emilia Santos, una mujer parapléjica que volvió a caminar.
Secretos revelados
Lo más asombroso de la historia tiene que ver con los secretos que los niños aseguraron que les reveló María. En 1941, Lucía, que tomó los hábitos, escribió los
tres secretos revelados por la Virgen y en 1955 se los entregó al papa Juan XXIII.
El pontífice abrió la carta de la religiosa portuguesa, pero prohibió la difusión de su contenido, por lo que aumentaron las especulaciones en torno a los mensajes, que fueron develados con cautela a través de las décadas.
El primer secreto revelado por la Virgen a los niños habla de una “visión del infierno” que denunciaba el ateísmo y las persecuciones contra la Iglesia católica.
El segundo, revelado en 1942, decía que “la Primera Guerra mundial terminará pronto”.
El Tercer Secreto de Fátima ha dado mucho que hablar. El 26 de junio de 2000, tras un viaje del papa Juan Pablo II al santuario de Fátima, se reveló que la Virgen había profetizado el asesinato de un Papa mientras atravesaba una gran ciudad.